Rusia advirtió este miércoles que responderá al reciente ataque ucraniano con misiles estadunidenses Atacams de largo alcance, ocurrido en el aeródromo militar de Taganrog, en la región de Rostov. Según el Ministerio de Defensa ruso, el ataque dejó víctimas entre el personal militar y causó daños en edificios y vehículos cercanos, pese a que las defensas antiaéreas lograron derribar dos de los seis misiles lanzados.
El Kremlin calificó el uso de estas armas como una línea roja y aseguró que “se están tomando las medidas pertinentes” para una respuesta adecuada. Sin embargo, no precisó el tipo de armamento ni el momento de la represalia.
Este ataque es el segundo en cruzar los límites marcados por Rusia desde noviembre, cuando Moscú respondió con su sistema hipersónico Oreshnik tras otro ataque similar. Analistas advierten que el uso continuo de estas armas por parte de Ucrania podría escalar el conflicto, aunque destacan que ni Ucrania tiene capacidad para doblegar a Rusia con estos misiles, ni el Kremlin recurrirá a su arsenal nuclear.
Mientras tanto, el enfrentamiento parece formar parte de un peligroso juego de provocaciones, donde ambos bandos evalúan los límites de resistencia del adversario, en un conflicto que amenaza con extenderse indefinidamente.
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