A días de la toma de posesión de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, migrantes que atraviesan México rumbo al norte aseguran que continuarán su viaje, sin importar los obstáculos. «Trump no me va a quitar el impulso de entrar a Estados Unidos», declara Jason, un hondureño de 27 años que recorre la ruta del tren conocido como La Bestia.
El camino está lleno de adversidades. Jason, quien salió de Honduras hace cinco meses, relata haber enfrentado hambre, robos y agotadoras caminatas. Sin embargo, asegura que su motivación principal es su familia y el deseo de ofrecerles una mejor vida.
Otros migrantes, como Yurely, coinciden en que cruzarán a Estados Unidos con o sin permisos. Desde la Casa del Migrante El Samaritano en Hidalgo, ella explica que buscan empleo para sostener a sus familias y escapar de la precariedad en sus países de origen.
El flujo de migrantes continúa en puntos clave como Irapuato, donde aproximadamente 150 personas llegan a diario, según Lilia Sánchez, de Ángeles del Tren. Algunos esperan citas para solicitar asilo a través de CBP One, mientras otros planean cruzar por sus propios medios.
Para muchos, regresar no es una opción. «Venden todo lo que tienen porque la vida allá es insostenible», señala Sánchez. A pesar de los riesgos, la determinación de los migrantes refleja su búsqueda de una vida digna, un derecho humano que, aseguran, no abandonarán.
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