Para los católicos, hoy comienza el tiempo donde buscarán reflexionar sobre su fe. 40 días que dedicarán a renovar su espíritu y convencerse de que necesitan la presencia de Dios en sus vidas. El inicio de este proceso religioso se da a través de una tradición que ha permeado por cientos de años: la imposición de la ceniza.
Este rito se mantiene dentro del conocimiento de los feligreses cuando recuerdan la frase: “Acuérdate que eres polvo y al polvo volverás”, por lo que el signo de la cruz que hace el sacerdote con la ceniza en la frente de los creyentes indica que han aceptado “convertirse y creer en el Evangelio”, aunado a la invitación de no olvidar la “inexorable caducidad y efímera fragilidad de la vida humana, sujeta a la muerte”.
La ceremonia de la imposición de la ceniza invita al católico a renovar su fe para con Dios, “es volver a Él para seguir actuando conforme a Su Palabra Eterna. Una valoración que implica una conciencia cada vez más diáfana del hecho de que estamos de paso en este fatigoso itinerario sobre la tierra, y que nos impulsa y estimula a trabajar hasta el final”.
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La Cuaresma, entonces, inicia con el símbolo del arrepentimiento, el aceptar de que hemos hecho las cosas mal para, finalmente, recordar la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo durante la Semana Mayor. La ceniza usada en las parroquias proviene de la quema de los ramos, los misales y cualquier otro objeto que los sacerdotes usan en los templos. Todo se coloca en una sola hoguera hasta consumirse y quedar solo la ceniza.
En la celebración de la eucaristía del Miércoles de Ceniza presidida por el arzobispo, se bendice y se coloca a los feligreses que asisten para ser partícipes del acto religioso, de fe y de entrega a su Salvador. Sin embargo, para este 2021, la tradición sufrirá algunos cambios significativos, esto para evitar cualquier tipo de contacto físico y cortar cualquier probable contagio del coronavirus.
Por tal motivo, la Arquidiócesis de San Luis Potosí informó que las parroquias estarán entregando, en pequeñas bolsitas, un poco de ceniza para que el jefe o la jefa de familia pueda imponerla a los demás miembros del hogar, haciendo previamente alguna oración o un rezo.
Aunque desde el Vaticano el papa Francisco ha manifestado a los feligreses que, por las circunstancias de la pandemia, “no pasará nada si no pueden asistir a la imposición de la ceniza; en estos momentos es más importante cuidar nuestra salud”.
Sin embargo, los creyentes no quieren quedarse afuera de esta fuerte tradición católica, por lo que buscarán ser partícipes del acto religioso con cualquier manera que sea posible, para, así, comenzar con su tiempo de reflexión espiritual.