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¿Se te sube el muerto, tienes miedo por las noches? Te decimos por qué

* Por Estefanía López

El terror nocturno es un trastorno del sueño en el que el individuo sufre un episodio de pánico e incapacidad para recuperar la consciencia completamente, algunos otros síntomas son: anormalidad en el ritmo cardiaco, respiración pesada, sudoración y un estado de miedo extremo, mientras el episodio tiene lugar es muy probable que la persona no pueda reconocer a quien le habla, que le dicen o que intenten hacer para calmarle, debido a que ésta alteración se da en un estado intermedio entre el sueño y la vigilia.

Es muy probable que quienes duermen solos experimenten terrores nocturnos sin siquiera darse cuenta, ya que estos suceden durante las primeras fases del sueño, cuando se da la transición del sueño más profundo a la fase REM (fase en la que soñamos). Esta transición suele producirse de forma suave y normal, sin embargo, el individuo puede sufrir agitación o miedo durante el proceso generando el terror nocturno.

La creencia más generalizada acerca de la causa de los terrores nocturnos es por una hiperactivación del sistema nervioso central durante el sueño, se han hecho muchos estudios sin saber a ciencia cierta cual es la verdadera causa de este trastorno.

Sin embargo, en el caso de los niños el hecho de haber experimentado terrores nocturnos no significa que tenga algún problema psicológico, estos pueden deberse a una mala e insuficiente rutina del sueño, o alguna dificultad para respirar provocando que se despierte parcialmente, entre otras causas.

En el caso de los adultos experimentar terrores nocturnos puede asociarse con alguna patología, por ejemplo, aquellos individuos que han padecido de estrés crónico, ansiedad o ataques de pánico, estrés postraumático, depresión o trastornos de la personalidad son propensos a experimentar más a menudo estos episodios.

A menudo los terrores nocturnos se suelen confundir con pesadillas, sin embargo, son cuestiones totalmente diferentes, mientras que los terrores nocturnos no son sueños propiamente sino una reacción de pánico y se producen en una fase no REM, las pesadillas se generan en esta fase, siendo sueños desagradables y que suelen recordarse al despertar.

Cuando un infante presente un episodio de terror nocturno lo primero que debemos de hacer es tranquilizarnos y esperar con paciencia a que pase, ya que una vez que termine el episodio el niño no es consciente y vuelve a dormir con tranquilidad, es importante retirar objetos que pudieran suponer algún peligro, además de que es importante no despertarle de forma brusca ya que podemos generar más miedo y confusión, haciendo que le cueste más calmarse y conciliar el sueño.

Realmente no existe un tratamiento fijo que evite o prevenga los terrores nocturnos, sin embargo, dada la relación que existe entre los terrores nocturnos y pacientes con fatiga crónica, cansancio y estrés, la recomendación es tener buenos hábitos de descanso y una rutina de sueño reparador.

 

Estefanía López Paulín
Contacto: psc.estefanialopez_uaslp@hotmail.com
Número: 4881154435

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