A pesar de atravesar una de las recesiones más grandes en décadas y haber sufrido una baja en su nota crediticia este año, México ha tomado ventaja frente a otros países emergentes en recuperar la confianza de los inversionistas, según el desempeño de su moneda y de instrumentos que miden riesgo soberano.
Esta tendencia podría extenderse hasta la primera mitad de 2021, según expertos, luego de que algunos de los mayores riesgos externos para México, como la elección de Estados Unidos y los avances de diversas vacunas contra COVID-19, se han disipado.
Sin embargo, especialistas vislumbran a las elecciones locales de medio término como el siguiente foco de nerviosismo, pues la nueva composición de los partidos políticos en el Congreso será clave en la segunda mitad del actual Gobierno.
Mientras eso sucede, el peso de México, uno de los principales termómetros de los riesgos del país, se fortaleció en diciembre hasta llegar a cotizar en 19.68 unidades, su mejor nivel en nueve meses, tras recuperarse más de un 20% desde su peor nivel histórico de casi 26 pesos alcanzado en abril.
“Los mercados centrarán su atención (durante las elecciones) en la probabilidad de que continúe la actual agenda económica” del Gobierno, dijeron estrategas de Morgan Stanley, quienes anticiparon a finales de noviembre que el peso cotizaría por debajo de 20 unidades “en los próximos meses”.
Aunque todavía acumula una caída superior a un 5% en el año, el peso es la divisa con mayor apreciación desde abril dentro de una muestra de 25 monedas emergentes seguida por Reuters.
A nivel interno, también han influido en la disminución de riesgos factores como el manejo de la política monetaria y la disciplina fiscal del Gobierno, dijeron inversores y estrategas de mercado, incluso a pesar de que la economía mexicana se desplomará alrededor de un 9% este año.