Como cada año, durante el 12 de diciembre México celebra la aparición de la Virgen María en el año de 1531, fecha en la que se le apareció a Juan Diego por cuarta vez en el cerro del Tepeyac.
De acuerdo con las historias populares, Juan Diego buscaba ayuda para su tío, quien se encontraba enfermo y al borde de las muerte. La Virgen de Guadalupe se apareció ante el hombre humilde junto al “Pocito” y le dijo que su familiar ya estaba sano, pero a cambio debía de hablar con el obispo para que en ese lugar le construyeran un templo.
Como prueba de la aparición de la Virgen, María le pidió a Juan Diego ir a recoger unas rosas en lo alto del cerro del Tepeyec, las cuales no florecían en dicho lugar y en esa época. Las rosas fueron llevadas en el ayate de Juan Diego ante el señor obispo, al momento en que desdobló su ayate para entregarle las rosas al obispo, se reveló la imagen de la Virgen de Guadalupe.
Tras suceder el milagro, se ordenó contruir el templo, pero no fue hasta 1667 que el Papa Clemente IX instituyó el 12 de diciembre como Día de fiesta en honor de la Virgen de Guadalupe. En 1824, el Congreso de la Nación declaró este día como Fiesta Nacional.