El clima de violencia que ha ensombrecido el proceso electoral en México se recrudece con el trágico asesinato de dos aspirantes a la alcaldía de Maravatío, Michoacán: Miguel Ángel Reyes Zavala, de Morena, y Armando Pérez Luna, del PAN.
El primer ataque tuvo lugar durante el día, cuando Miguel Ángel Reyes fue emboscado mientras se encontraba dentro de su vehículo, frente a un hospital en los alrededores del fraccionamiento Rancho La Huerta, en Maravatío. Según informes preliminares, los agresores interceptaron su vehículo y dispararon con armas de fuego, dejando en el lugar restos de municiones .9 mm.
Horas más tarde, Armando Pérez Luna, aspirante del PAN, fue asesinado de manera similar mientras se dirigía a recoger a su esposa a un negocio familiar. Ambos crímenes, ejecutados con una violencia directa y contundente, sumen a la localidad en la consternación y el miedo.
Hasta el momento, las autoridades estatales, incluyendo la Secretaría de Seguridad Pública de Michoacán y la Fiscalía del Estado, no han emitido información oficial sobre estos asesinatos. Tampoco se han pronunciado los partidos políticos a los que pertenecían los aspirantes, Morena y PAN.
Miguel Ángel Reyes, médico de profesión, participaba por primera vez en una elección, mientras que Armando Pérez Luna, líder transportista y padre de una regidora local, representaba al PAN en las contiendas.
Estos trágicos sucesos se suman a una serie de crímenes políticos que han marcado el proceso electoral en México, con más de 16 aspirantes asesinados hasta la fecha, según datos recopilados por el Laboratorio Electoral. La falta de esclarecimiento y la impunidad en estos casos ponen en entredicho la integridad del proceso democrático en el país, apenas a unos días del inicio oficial de las campañas electorales.
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