Con consignas como «Culiacán está de luto» y «Los niños no se tocan», cientos de personas marcharon en la capital de Sinaloa para exigir justicia por el asesinato de los menores Gael y Alexander, víctimas de un ataque armado en la ciudad.
Maestros, estudiantes y familiares, vestidos de blanco, con globos y flores, recorrieron la avenida Álvaro Obregón hasta el Ayuntamiento, donde colocaron una mampara con fotografías de los niños y su padre, también fallecido.
La movilización, marcada por el dolor y la indignación, también incluyó gritos de «Queremos paz» y críticas hacia el gobernador Rubén Rocha Moya, a quien calificaron de «cobarde». Un grupo de manifestantes rompió puertas y vidrios del Palacio de Gobierno, exigiendo que el mandatario bajara para dirigirse al pueblo.
El acto concluyó con un homenaje frente a la mampara colocada en la explanada municipal, donde se dejaron flores blancas y veladoras en memoria de las víctimas. La marcha reflejó el hartazgo de una población que lleva meses denunciando la violencia y la falta de seguridad en el estado.
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