
Bélgica se presenta como un destino fascinante para los viajeros que buscan combinar historia, cultura y paisajes encantadores. Entre sus joyas más destacadas se encuentra Brujas, una ciudad medieval declarada Patrimonio de la Humanidad, famosa por sus calles empedradas y canales rodeados de edificios de arquitectura flamenca que parecen sacados de un cuento de hadas. Un paseo por la Grote Markt, el Muelle del Rosario y el Parque Minnewater permite sumergirse en su atmósfera única y disfrutar de su belleza inigualable.
Otra ciudad imprescindible es Gante, conocida como la joya de Flandes, que ofrece un centro histórico lleno de arquitectura medieval, puentes de piedra y grandes canales. Destacan sus muelles Graslei y Korenlei, el Castillo de los Condes de Flandes y la imponente torre Belfort, desde donde se puede contemplar una panorámica espectacular de la ciudad. Gante combina historia con una animada vida cultural y nocturna, ideal para quienes buscan una experiencia completa.
Para los amantes de la naturaleza y la aventura, el río Lesse y sus alrededores son una opción perfecta. Este entorno permite realizar actividades como el descenso en kayak entre rápidos y castillos, ofreciendo una forma diferente de descubrir la belleza natural y los paisajes de Bélgica. Cercanas se encuentran localidades con encanto como Dinant, famosa por su ciudadela y la Colegiata de Notre Dame, así como la Cueva de La Merveilleuse, una de las cavidades más bellas del país.
Finalmente, para quienes prefieren la combinación de playa y cultura, Ostende es el lugar ideal. Esta ciudad costera ofrece un paseo marítimo con puestos de mariscos donde degustar los famosos mejillones belgas, además de contar con un casino histórico y museos dedicados a artistas como James Ensor. Ostende es perfecta para disfrutar de un día relajado entre sol, arena y buena gastronomía.