El presidente de Francia, Emmanuel Macron, nombró a François Bayrou como nuevo primer ministro este viernes, en un intento por calmar la creciente crisis política que ha afectado su gobierno y ha erosionado su autoridad. El anuncio se produce una semana después de la dimisión de Michel Barnier, quien fue destituido tras perder una moción de censura por su manejo del presupuesto para 2025, que incluía aumentos de impuestos por 60.000 millones de euros.
Bayrou, conocido por su experiencia política y su liderazgo en el Movimiento Democrático (MoDem), asume el cargo con un desafío inmediato: conseguir la aprobación del presupuesto a través de un Parlamento profundamente dividido. Actualmente, Macron enfrenta una fuerte oposición tanto de los bloques de izquierda como de extrema derecha, lo que complica aún más la tarea de conseguir acuerdos.
El gobierno de Barnier fracasó en su intento de aprobar el presupuesto a principios de diciembre, cuando la oposición conjunta de izquierda y derecha llevó a su caída. Ahora, Bayrou debe aprobar su propio presupuesto antes del 21 de diciembre, o de lo contrario el gobierno podrá recurrir a una «ley de continuidad fiscal» para evitar el cierre del gobierno, permitiendo que el país siga recaudando impuestos y pagando salarios, aunque con limitaciones en el gasto.
La crisis política de Francia se desató tras las elecciones parlamentarias anticipadas de julio, que resultaron en un Parlamento muy fragmentado, dejando a los legisladores centristas de Macron atrapados entre poderosos bloques de izquierda y extrema derecha. Aunque Bayrou no enfrenta una «moción de censura automática» como su predecesor, la oposición sigue siendo firme en su rechazo al presupuesto. Jordan Bardella, presidente del partido de extrema derecha Rally Nacional, advirtió que la pelota ahora está en el campo de Bayrou.
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