En México, la población de anfibios enfrenta una crisis preocupante, con más del 50% de las especies en riesgo de extinción o en estado crítico, según reveló la investigadora Gabriela Parra Olea del Instituto de Biología de la UNAM. Estas cifras superan el promedio mundial del 40.7%, como se informó en un estudio liderado por Jennifer A. Luedtke de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
La principal amenaza para los anfibios mexicanos es el cambio en el uso del suelo, especialmente porque muchas de las especies son microendémicas, lo que significa que su área de distribución es extremadamente pequeña. La transformación de bosques en pastizales, por ejemplo, resulta en la desaparición del hábitat de estas especies.
Parra Olea, quien ha estado estudiando anfibios desde la década de 1990, señaló que las amenazas incluyen un hongo parásito llamado Batrachochytrium dendrobatidis, que ha llevado a muchas especies al borde de la extinción. A pesar de que se han declarado desaparecidas unas 200 especies de anfibios a nivel mundial, en México, debido a su habilidad para enterrarse y permanecer ocultas durante años, se necesita tiempo para determinar su extinción total.
Oaxaca es uno de los estados más estudiados por los científicos, donde se ha observado una disminución significativa en la población de anfibios desde la década de 1970. Ejemplos de especies en peligro incluyen la Pseudoeurycea unguidentis de Oaxaca, la Isthmura naucampatepetl de Veracruz y la salamandra de bromelia de Xolocalca (Dendrotriton xolocalcae) de Chiapas.
Parra Olea destacó que la conservación del hábitat es fundamental para la supervivencia de estos animales. Evitar la tala excesiva y educar a las comunidades locales sobre la importancia de la conservación son pasos clave para proteger a estas especies en peligro.
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