Haciéndole un nuevo desplante a Mónica Rangel al creer que ya no tiene posibilidades de ganar la gubernatura el próximo 6 de junio, el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado Carrillo, se dejó engañar una vez más por los poderes fácticos de San Luis Potosí y comenzó a jugarle en contra a su propia candidata para apoyar al abanderado del PRIAN, Octavio Pedroza Gaitán.
Cada vez son más las versiones que sostienen que Mario ya no está del lado de Mónica, al grado de que ni siquiera se le ha visto acompañarla en algún evento importante y los posicionamientos o mensajes que ha hecho para respaldarla se han limitado a las redes sociales, en cambio, en infinidad de ocasiones se le ha visto muy contento con el clan de los Valladares y los Torres Corzo, familias que están apostando todo para mantener sus privilegios.
En días pasados, Mario Delgado estuvo de visita en San Luis Potosí, sin embargo no se le vio cerca de Mónica Rangel. Diversas fuentes señalan que el único motivo de su visita fue sostener un encuentro con un grupo de empresarios potosinos que terminaron de seducirlo ofreciéndole hasta las perlas de la Virgen para que diera por perdida la campaña de Mónica y moviera sus últimas piezas a favor de Octavio Pedroza.
Tras el encuentro, el líder de los morenos ofreció varias entrevistas a los medios de comunicación de las mismas familias en donde no perdió oportunidad para atacar al Pollo Gallardo al que, incluso, acusó de ser impresentable como candidato, a pesar de que, como bien se sabe, fue él quien busco impulsarlo como candidato antes de que se le volteara el partido, ello, aunque siempre se supo que era amor por interés pues Mario supo aprovechar el capital político del Pollo Gallardo para reventar al PRD y sumar votos en la Cámara de Diputados.
Morenistas y simpatizantes de estas campañas reconocen que era de esperarse la traición de Mario Delgado al Pollo Gallardo, sin embargo, lo que más sorprende es la manera en que ha vendido a Morena y a su propia candidata, Mónica Rangel.
