
Cochinero es lo que Leopoldo Stevens Amaro, el octogenario secretario de Obras del Estado tiene en la SEDUVOP, ya que, por andar de enamoradizo, le dio manga ancha a Silvia Rodríguez Díaz, directora de Planeación, Control y Seguimiento, quien dispone a su antojo del dinero de los potosino, pero además con el recurso del Fondo Minero, gracias a lo que se inició la “remodelación” de la calle Vicente Guerrero en el Centro Histórico de San Luis Potosí.
El 14 de noviembre de 2018, Silvia Rodríguez Díaz adjudicó la remodelación de la calle Vicente Guerrero a la empresa Construcciones GAF, S.A. de C.V., por un monto de 7 millones 505 mil 102 pesos con 65 centavos, ganando a otras cuatro empresas a las que presentó la mejor oferta, por 200 pesos.
El contrato estipula que la obra debía iniciar el 20 de noviembre de 2018 y debería concluir en un plazo máximo de 152 días naturales, es decir el 20 de abril de 2019. Al 13 de julio de 2019 han pasado 236 días y la empresa apenas llevará un 50% del trabajo.
Silvia Rodríguez asegura que la SEDUVOP multó a la empresa constructora con 200 mil pesos por el atraso y pidió un informe de los trabajos que ya ha hecho para iniciar la recesión del contrato, aunque sólo queda en declaración, pues en los hechos esto no es real.
Horacio Sánchez Unzueta, director del Patronato del Centro Histórico, quien decide qué calles se arreglan y de qué manera, declaró hace unas semanas que el atraso en la calle de Guerrero se debía a las lluvias, aunque en ese momento San Luis Potosí atravesaba por una intensa sequía que costó la vida a miles de cabezas de ganado y cientos de hectáreas de cultivo.
Las obras de remodelación del Centro Histórico han sido realizadas con la peor calidad. Ni el Patronato del Centro Histórico ni la SEDUVOP se han dado a la tarea de supervisar el material que se utiliza y el trabajo que han las empresas.
Todas, absolutamente todas las calles que han sido “remodeladas” tienen baches, las luminarias no encienden, no hay botes de basura, la cantera está rota, el piso se está hundiendo.
Los más afectados por las cuestionadas obras de remodelación, que en todos los casos se han tomado meses y años terminar, superando por mucho los plazos legales, son los comerciantes. Muchos han tenido que cerrar pues no pueden soportar sus negocios la falta de clientes, ya que la gente decide no pasar por las calles mientras están en construcción, pues hacerlo significa un peligro para su integridad física.
Ni Horacio Sánchez Unzueta ni Leopoldo Stevens dan la cara por el pésimo trabajo que hacen. El par de ancianos se dedican a hacer negocios, a pesar de que la vida no les alcanzará para gastarse el dinero que ya tienen.
Mientras, el Centro Histórico de San Luis Potosí, uno de los más bellos de México, cae en baches y más baches.