Ciudad Valles, S.L.P.- Nuevamente los casos de maltrato animal repuntan de manera alarmante en la ciudad. Durante el pasado fin de semana, la Dirección de Ecología Municipal atendió tres reportes de presunto maltrato, dejando un saldo trágico de ocho animales muertos. Estos incidentes no solo reflejan crueldad extrema, sino también evidencian un preocupante vacío en la protección de los derechos de los animales.
El primer caso se trata de un hallazgo macabro tras un desalojo, fue reportado el 27 de diciembre en un domicilio de la colonia Obrera. Una orden judicial de desalojo contra una mujer derivó en el descubrimiento de un «tambo» que contenía restos de varios animales fallecidos. Aunque no se pudo determinar la cantidad exacta de cuerpos debido al estado de descomposición, la situación obligó a la intervención de elementos periciales de la Fiscalía General del Estado (FGE), quienes tomaron control del caso al considerar que se trataba de un delito grave de maltrato animal. La Dirección de Ecología participó en la documentación inicial y elaboró actas para respaldar las acciones legales. Este hallazgo horrorizó a los presentes y expone la falta de seguimiento adecuado a las condiciones de cuidado animal en ciertos hogares.
Segundo caso se trató de un presunto envenenamiento en el fraccionamiento El Consuelo, donde se denunció a una particular por presuntamente haber envenenado a cinco gatitos.
Este acto de crueldad se dio a conocer principalmente a través de redes sociales, ya que hasta el momento no se ha presentado una denuncia formal ante las autoridades. Elementos de Protección Civil acudieron al lugar debido al uso de sustancias peligrosas, ya que el veneno había sido colocado en alimentos callejeros, representando un peligro latente tanto para otros animales como para personas.
Aunque la Dirección de Ecología exhortó a los afectados a interponer una denuncia, la falta de un proceso legal limita las posibilidades de acción para sancionar a los responsables. Este caso subraya la necesidad de generar conciencia sobre los riesgos y la gravedad de utilizar veneno en espacios públicos.
El tercer caso se relacionó con un incidente de violencia familiar en el que un hombre, en un arranque de ira, degolló y macheteó a un borrego. La Fiscalía solicitó la intervención de la Dirección de Ecología para dictaminar la causa de muerte del animal y utilizar este peritaje como evidencia adicional en la investigación, ya que el sujeto estaba detenido por violencia intrafamiliar y se preparaba para su audiencia de control, cuando se descubrió el segundo delito de maltrato animal. La crueldad exhibida en este acto no solo alarmó a los vecinos, sino que también reforzó la decisión de las autoridades de mantener al agresor detenido y vinculado a proceso. Este caso ejemplifica cómo el maltrato animal puede estar vinculado a patrones más amplios de violencia, constituyendo una alerta roja que no debe ser ignorada.
Julio César Otero, director de Ecología Municipal, destacó que estos casos son solo la punta del iceberg de un problema mucho más amplio. El maltrato animal no es un hecho aislado, sino un indicador de dinámicas de violencia que afectan a toda la sociedad. Los hechos documentados este fin de semana demandan una respuesta contundente y coordinada entre las autoridades y la ciudadanía.
Reitero que es fundamental que la población denuncie cualquier acto de crueldad hacia los animales y que las instituciones responsables aseguren que estos casos no queden impunes. La protección de los animales es un reflejo de los valores de nuestra sociedad, y su desatención solo perpetúa un ciclo de violencia que afecta a todos.
Seguiremos informando.