Horacio Sánchez Unzueta dejó como gobernador a su secretario Fernando Silva Nieto, quien le garantizó protección. Éste, a su vez dejó al contador público panista, Marcelo de los Santos Fraga, quien blanqueó las cuentas públicas de ambos.
Luego, le regresó el poder al PRI con su secretario de Salud, Fernando Toranzo Fernández, el médico que nada hizo para castigar el desfalco de mil 500 millones de pesos de su anterior jefe. Le siguió su secretario de Educación, Juan Manuel Carreras López, el gobernador gris que protegió a su secretaria de Salud, la más observada del país y la hizo candidata a gobernadora por Morena, Mónica Liliana Rangel Martínez, y para tratar de asegurar el triunfo, juega también con el candidato oficial, Octavio Pedroza Gaitán, financiado por su hermano secretario de Finanzas y por el gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca.
¿LOS POTOSINOS PERMITIRÁN QUE ESTA MAFIA LOS SIGA GOBERNANDO?