Durante mas de 5 meses Claudia, una maestra del Instituto Politécnico Nacional, ha sido víctima de violencias y agresiones que han ido escalando de poco a poco hasta poner en riesgo su vida tras ser atacada junto a su hija con acido.
Los ataques tienen lugar en la unidad habitacional “Galaxias Vallejo”, ubicada en la alcaldía Gustavo A. Madero, Ciudad de México. Y a pesar de las múltiples denuncias que ha presentado a la fiscalía y comandancia, sus denuncias no han sido atendidas y ha recibido burlas por parte de los hombres encargados que se refieren a los hechos como «una disputa vecinal». Aunque Claudia desconoce quienes son las personas que han estado tras los ataques, sospecha de un grupo de jóvenes que jugaban fútbol dentro de la unidad.
Pues todo comenzaría cuando estos jóvenes, que constantemente golpeaban con el balón los vidrios y el auto de Blanca. Lo que a un principio ella no dio importancia pensando que era un simple accidente a causa del juego, pero al volverse más frecuenta ella se percato que no eran accidentes y lo hacían por simple maldad, lo que ocasiono su molestia e iría con la encargada del edificio para pedirle que hablará con los jóvenes.
A partir de ahí las agresiones fueron escalando de nivel, dejaron de ser balonazos y el carro de la maestra cada día amanecía con un nuevo rayón o un golpe. Hasta que un día cuando volvía a casa en el auto acompañada de su hija menor de edad, empezaron a escuchar el sonido del agua cayendo encima del carro. Claudia abrió un poco la puerta y observo él liquido similar al agua escurriendo por la carrocería del auto, por lo que con su hija decidió mejor esperar a que esto dejará de caer para poder salir. Ellas pensaban que era agua de lluvia.
Al ver cómo la pintura se había consumido después de la lluvia, llamo al seguro. Cuando llego el ajustador y observó la situación le comentó que no había sido agua, si no sosa cáustica la que le habrían arrojado a ella y su hija, le recomendó acudir a levantar una denuncia. Y cuando Claudia se presentó y puso delante de ellos los hechos, fue tomada a burla y no le dieron ninguna seguridad o medida preventiva para ella o su hija. Le dijeron que ella se arreglara con sus vecinos.
La situación tiene en constante temor a Claudia, ya que teme por que puedan seguir atentando contra la vida de su hija y la de ella, ni la administración del edificio ha tomado cartas en el asunto, orillando a Claudia a que tenga que enfrentar esta situación sola.
Seguiremos informando.
