“Sine ira et studio”
(Sin cólera y sin parcialidad)
– Tácito
Un buen día lograron colarse a trabajar en algún periódico, estación de radio o canal de televisión y en ese momento, de verdad, les cambió lo vida. Lo demás se fue dando de a poco a poco, todo consistió en ir conociendo cómo se manejaban las cosas en la política mexicana, cómo se podían colar en los eventos de los políticos que, sedientos de reconocimiento y aceptación, dejaban caer migas de oro o plata que los ávidos rapaces levantaban con el pico, mientras agitaban sus alas pidiendo más y más. En apenas unos años se volvieron insaciables y pasaron de levantar migajas a exigir tajadas cada día más y más sustantivas, más grandes y aun así no podían saciarse.
El tiempo transcurrió y, de ser simples columnistas o reporteros, pasaron a encabezar los principales noticieros; se convirtieron en columnistas de “alto nivel”, en un medio en donde el periodismo verdadero no existe, pues simple y sencillamente se reporta lo que todo mundo sabe y se enaltece a quien ostenta el poder. Fue así como muchos individuos lograron escalar una posición en donde ellos solos se designaron como líderes de opinión, como maestros, como indispensables, los poseedores de la verdad absoluta.
Sexenios, trienios y demás periodos de la política nacional pasaban y aquellos individuos amasaron estratosféricas fortunas; se convirtieron en “indispensables” para la clase política. Es por eso que ahora que los han exhibido, que les han quitado los ingresos millonarios que enmascaraban a través de empresas de las cuales son propietarios, o, de plano cínicamente a nombre personal, se muestran coléricos y agresivos, mienten más de lo que solían mentir, difaman y atacan al gobierno en turno pues se les ha acabado la explotación de riqueza a la que los habían acostumbrado.
Hoy se dicen agredidos, difamados y hasta vituperados, pero no voltean a ver su enorme cola. Por eso, cuando se ha dado a conocer una primera lista de periodistas, columnistas y conductores de espacios informativos que recibieron jugosos pagos por parte de los gobiernos priistas y panistas, han puesto el grito en el cielo. Entonces recrudecen sus ataques al gobierno de México representado por AMLO y seremos testigos de cómo seguirán sembrando hiel e infamias, esperando la caída de quien les ha levantado la canasta. El golpe ya ha sido dado, se acabó el chantaje, ya no recibirán más dinero, y éste deberá de ser canalizado a obras en bien de la población y no para los bolsillos de auténticas lacras sociales, que, escudadas en el periodismo, se han dedicado a medrar como pocos. Bien podríamos decir que son un cartel más, pero ellos no disparan con una cuerno de chivo o una pistola, ellos disparan desde un micrófono, una pluma o un teclado de computadora, porque ya los teclados de máquinas de escribir han quedado como objetos de museo.
Los sin ética, los coléricos, preparan nuevos ataques infames y para ellos cuentan con el apoyo de la extrema derecha y sus socios los dinosaurios que siguen dando coletazos, buscando volver a ocupar el lugar que pensaban era de su propiedad.
El más alto representante de los coléricos sigue difundiendo fake-news, buscando poner el pie y sembrar inquina. No estoy seguro si su tweet en donde anunciaba al exgobernador de Chiapas, el nefasto y oscuro Manuel Velasco, como secretario de SEMARNAT, fue tecleado desde su oficina o su yate digno de un jeque el cual tiene anclado en Acapulco. Y como él, muchos periodistas preparan nuevos ataques. De seguro muchos ingenuos les seguirán creyendo, porque esos ingenuos son la tierra en la cual ahora siembran.