En la creencia popular, el olor a cloro suele asociarse con la limpieza y la desinfección, pero un reciente estudio ha puesto de manifiesto los peligros que puede representar su exposición para la salud humana.
Según un informe publicado en Occupational & Environmental Medicine, la exposición pasiva al cloro en entornos domésticos está vinculada a tasas más altas de enfermedades respiratorias en niños y a reacciones adversas en adultos. Este compuesto, cuando se mezcla con agua, puede generar ácidos corrosivos que son dañinos para el cuerpo humano, especialmente cuando se inhala, se traga o entra en contacto directo con la piel.
La Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades detalla que los efectos del cloro sobre la salud varían según la dosis, la duración y el tipo de exposición. Entre los principales síntomas de exposición al cloro se incluyen:
- Irritación cutánea: Contacto con la piel que provoca enrojecimiento, ardor y comezón.
- Dolor y malestar: Exposición excesiva puede causar dolor de pecho, vómitos, alteraciones en la respiración y tos.
- Problemas respiratorios: Inhalación de gases de cloro que pueden llevar a tos, opresión en el pecho, dificultades para respirar y sibilancias.
Es crucial destacar que aunque estos efectos son tratables y la mayoría de las personas se recuperan, es fundamental acudir con un médico si se experimentan síntomas con regularidad. Asimismo, se recomienda manejar y utilizar el cloro de manera adecuada, siguiendo estrictamente las instrucciones de seguridad para evitar exposiciones inapropiadas que puedan comprometer la salud.
En resumen, mientras el cloro es efectivo para la desinfección y limpieza, su uso debe ser cuidadoso y siempre bajo las indicaciones recomendadas para prevenir riesgos para la salud.
Seguiremos informando.
