La inaudita demolición del poder Judicial ha desnudado como nunca la degradación de la política mexicana. Por medio de desinformación, compra de votos, amenazas, extorsiones, chantajes, atropellos, trampas y traiciones… se logró forzar una aberración que será contraproducente para un estado de Derecho que es fundamental para el país.
En su desgracia, México está muy dividido y presenta cada vez más zonas en llamas. De manera sintética, veamos algunos puntos.
1) Este golpe contra la democracia y el poder judicial fue ejecutado por una organización criminal que no ha dejado de mentir, amedrentar y negociar impunidades. La República deja de existir como la conocimos al ser borrado un poder autónomo en la democracia liberal. La fuerza, no la razón política, lleva a suprimir el período de transición democrática que iniciamos en la década de 1990… con un retroceso de equívocos o falsedades. Y vienen otras iniciativas.
2) Se desecha lo que habíamos avanzado en una prisa que nada tiene que ver con que los mexicanos obtengan justicia, sino con la urgencia del viejo caudillo para protegerse ante la justicia de Estados Unidos y las presiones que harán a su sucesora. Así, se ha recurrido al terror y la mentira para doblegar; francamente, no se entiende cómo se podría reformar el poder Judicial a base de corrupción y extorsión, para erradicar la corrupción y distorsión de jueces y magistrados. Miren, ¿con un régimen que actúa como cartel delictivo, qué justicia nos espera?
3) Estas acciones fascistoides se ven asociadas a las de otros aciagos onces de septiembre (de 1973 con el golpe de Pinochet en Chile, y de 2001 con el derrumbe de las torres gemelas en Nueva York). De ninguna manera se trata de una anécdota de “desaseo”, sino de un desbordamiento de la prepotencia e irresponsabilidad de una mafiosa secta en el poder. Los efectos sobre la sociedad serán muy negativos: el sistema no mejora, sólo se somete a ciertos intereses.
4) El oficialismo se refiere a una mayoría que triunfó en las urnas, o a una voluntad ciudadana que encarna al pueblo. Pero, ojo, todo ello se deriva de una elección de Estado y, luego, de una supermayoría legislativa (sobrerrepresentación) otorgada por los organismos electorales en agosto, que tuvo su remate en la delincuencial “compra” de votos con presiones o coerciones este septiembre.
5) En un marco de finanzas públicas en quiebra, la devastación jurídica va a afectar la seguridad y certidumbre para los inversionistas nacionales y extranjeros. Es una vergüenza internacional, y nuestros socios en el exitoso TMEC dudan en cuanto a continuarlo, lo que se añade a la posible ‘pérdida del grado de inversión’ hacia un colapso de la economía, de la generación de empleo y del nivel general de vida. Se dice incluso que saldríamos de América del Norte para acercarnos a Centroamérica y más al Sur, tal vez con aliados muy lejanos.
6) También, ojo, estos escándalos de ilegalidad e impunidad permean como pésimos ejemplos a toda la sociedad, lo que implica que el quebranto ético se tenderá a generalizar y prolongar a los próximos años. Va a ser muy dañino.
7) Es lamentable que se ha perdido la esperanza de que Claudia Sheinbaum sea menos indigna que su predecesor. Acaso habría que evaluar si eso fuera posible ya que su gobierno haya naufragado con tantas herencias malditas.
* EL LÍDER POLÍTICO MÁS mentiroso del mundo es probablemente un mexicano, Andrés Manuel López Obrador. Año tras año sus “otros datos” se han confirmado como mentiras flagrantes, a la vez que su último Informe resultó una colección de graves falsedades con serias implicaciones para el sexenio que, muy pronto, iniciará quien le lleva la corriente en todo.
La semana pasada revisé aquí sus grandes engaños, con los que ha logrado manipular y someter a nuestra sociedad. Cabe añadir que aceptar sus mentiras equivale a estar desinformados; que sus reformas son mentiras muy peligrosas, y que la mentira suele traer malas decisiones que conducen a lo peor.
Con todo, horroriza que el mandatario tome a broma su mentira más grande en el Informe Presidencial: como una burla cruel para entretener periodistas e irritar a sus adversarios. Es esta una fea muestra de descaro, insensibilidad e irresponsabilidad.
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