El pasado miércoles 23 de agosto, La Agencia Federal del Transporte Aéreo Rusa, confirmó la muerte de Yevgueni Prigozhin, mejor conocido como el jefe de los mercenarios del Grupo Wagner, tras haberse estrellado su avión cerca de la región rusa de Tver, así mismo confirmaron la muerte de otros 10 tripulantes que viajaban en la aeronave.
Yevgueni Prigozhin, fue un nombre que sonó con fuerza en la comunidad internacional hace poco más de dos meses, cuando el Grupo Wagner fue el protagonista de un movimiento de insurrección en contra del gobierno de Vladimir Putin, como protesta ante el bombardeo del ejército ruso en contra de las fuerzas de Wagner, quienes servían en la línea de fuego en la guerra contra Ucrania y sufrieron también los embates armamentísticos de las fuerzas rusas.
Ante este ataque Yevgueni Prigozhin, se levantó en armas en contra de Vladimir Putin y durante dos días tomaron la ciudad con sus tanques de guerra, para posteriormente ser abatidos por las fuerzas rusas.
Ahora el nombre del general del Grupo Wagner vuelve a sonar tras la tragedia de su muerte, Yevgueni Prigozhin viajaba en una aeronave Embraer Legacy 600, número de cola RA-02795, junto a él se encontraban otros 10 tripulantes, incluidos su segundo al mando, Dmitri Utkin.
Los medios internacionales así como el presidente de los Estados Unidos de América, Joe Biden, no tardaron en apuntar a Vladimir Putin como el responsable de este ataque, ya que con la muerte de Prigozhin se libera de quien ha sido uno de sus mayores adversarios en el poder, se especula que el avión habría sido derribado por un sistema antiaéreo de defensa.
“No ocurren muchas cosas en Rusias que no tengan a Putin detrás”, comentó el presidente Joe Biden, en la misma dirección apuntó el Gobierno de Ucrania. Mijaílo Podoliak, asesor del presidente Volodímir Zelenski, pidió esperar hasta que se aclare la situación. “Mientras, es obvio que Putin no perdona a nadie por su propio terror bestial. Estaba esperando este momento. También es obvio que Prigozhin firmó su pena de muerte en el momento en el que creyó en las ‘garantías’ de Lukashenko y la igualmente absurda ‘palabra de honor’ de Putin”
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