Cuando estamos experimentando una situación poco agradable o cuando hemos estado mucho tiempo conteniendo emociones como la tristeza, el enojo, la ira y aquellas que no nos permiten estar en paz, nuestro cuerpo empieza a reaccionar hacia eso que estamos guardando, dando pequeños gritos de auxilio transformados en síntomas que aquejan a nuestro cuerpo.
La lista de síntomas que pueden generar las emociones no liberadas, el estrés y la ansiedad es muy larga, llegando al punto de ser fácilmente confundida con la sintomatología de enfermedades ajenas a los aspectos emocionales.
Es por esto por lo que es tan importante concientizar a la población acerca de los muchísimos síntomas propios de la retención de emociones, la ansiedad y el estrés, a continuación un breve listado.
Síntomas físicos:
Dolor de cabeza o migrañas
Dolor de espalda o cervical
Problemas digestivos (acidez, diarrea, estreñimiento)
Fatiga crónica
Insomnio o problemas de sueño
Tensión muscular
Dolores articulares
Problemas de salud:
Hipertensión
Enfermedades cardiovasculares
Diabetes
Obesidad
Trastornos gastrointestinales
Problemas de piel (acné, eccema)
Trastornos respiratorios (asma)
Síntomas emocionales:
Ansiedad
Depresión
Irritabilidad
Cambios de humor
Pérdida de interés en actividades
Sentimientos de culpa o vergüenza
Dificultad para concentrarse
Comportamientos:
Abuso de sustancias
Comportamientos adictivos (juegos, internet)
Evitación de situaciones sociales
Aislamiento
Problemas de relación
Dificultad para establecer límites
Autosabotaje
Patrones de pensamiento:
Pensamientos negativos
Catastrofización
Pensamientos de culpa o vergüenza
Dificultad para tomar decisiones
Pensamientos de ansiedad o miedo
Dificultad para dejar ir el pasado
Es importante aclarar que, aunque la lista es larga, los síntomas dependen de muchos factores que pueden variar ampliamente de persona a persona, por lo que es importante buscar un diagnóstico médico y psicológico para descartar que estos síntomas sean una alerta por algún tipo de enfermedad física o no relacionada a la ansiedad, el estrés y el cumulo de emociones no gestionadas.
Como podemos notar, nuestro cuerpo tiene muchas formas de manifestar una dolencia emocional, y es por esto por lo que es tan importante tener una higiene mental constante, liberar nuestro estrés y gestionar de manera saludable las emociones que nos impiden sentirnos completamente bien.
¿Qué podemos hacer para empezar a trabajar sobre las llamadas de auxilio que nos hace nuestro cuerpo?
- Busca ayuda profesional
- Practica técnicas de relajación
- Establece límites saludables
- Cultiva relaciones positivas
- Aprende a expresar tus emociones de manera saludable
- Practica la autocompasión
- Aprende a perdonarte y dejar ir el pasado.
Es completamente normal no saber qué hacer con lo que sentimos, pero ignorar nuestras emociones no hará más que acrecentar la dolencia emocional, provocando síntomas físicos, por eso es importante aprender a escuchar a nuestro cuerpo y darnos la oportunidad de sentir y liberar todo aquello que nos aqueja.