Conversando en sobremesa dominical después del desayuno con mi familia se tocó el obligado tema de la inseguridad en la Capital Potosina; Vinieron las recomendaciones de autocuidado, de reforzar las bardas del hogar con mallas u oféndiculas, e instalar cámaras conectadas a la red de internet.
Desde el otro lado de la mesa escuchaba con su bebida casi por expirar mi pequeña nena de once años, parecía que se entretenía en alguna cosa diferente, pero en verdad escuchaba con atención, no de forma sino de fondo como dicen los políticos.
Cuando trajimos al presente que el robo te quita las posesiones, pero te arrebata la seguridad, te lástima gravemente la intimidad, ese pedazo de vida que quieres que nada lo altere y se ve violentado cuando alguien metió su mano en tu bolso, tomó tu cartera, abrió el íntimo ropero o hurgó en tu vehículo, es justo ahí dónde más lastima.
Mariana que cursa el sexto año de primaria repentinamente dice que para ella fue muy lastimoso cuando descubrió que al salir de su clase de natación en el Centro acuático Montecillo alguien se apoderó de su canastilla con enseres de baño y aseo personal, preguntando cómo eso era posible.
Hoy San Luis Potosí tiene a un alcalde que pretende Servir y Proteger y a un Gobernador que quiere que vivamos sin miedo, ambas alusiones claras a la Seguridad pública; No queremos vivir presas del terror de ser robados, secuestrados, privados de la vida por quitarnos un reloj o cartera, no pedimos, exigimos que sirva y protejan para vivir sin miedo.
Octubre 03 de 2021.
