Poderoso es el que da, porque quien da, también quita. Dicho Popular.
Farsante. El rector de la ¨máxima casa de estudios¨ de San Luis Potosí se enredó en sus propias intrigas. El próximo 17 de junio se llevará a cabo la sesión del consejo directivo universitario para elegir los directores de las facultades para el próximo periodo cuatrienal. Los ungidos provendrán de entre las ternas que Alejandro Zermeño Guerra seleccionó en un confuso proceso de simulación que pretendía innovar el anquilosado ritual que otorga cualidades extraordinarias al nuevo patriarca universitario.
El ¨meño¨ -para los cuates- podrá ser un profesionista prestigiado; propietario de una clínica muy redituable especializada en cirugías láser; ultra mojigato conversador de tertulias; pero aún dista mucho de ser una persona respetable. No se puede confiar en él. Así lo expresan amargamente algunos de ¨los y las¨ integrantes del consejo directivo que respaldaron su propuesta para dirigir la universidad. Bienaventurados los arrepentidos, porque de los redimidos será el reino de los cielos.
Conforme al ¨meño¨ le pasó el susto del triunfo y se sintió cómodo con el poder, afloró una personalidad narcisista que refleja la verdadera naturaleza de sus actos. No es el mismo pusilánime que se quejaba de los desprecios del arquitecto Manuel Villar Rubio cuando lo asedió por meses para informarle de su pretensión de buscar la rectoría bajo su mecenazgo. La negativa del entonces rector dispuso un perturbador complejo que hasta la fecha no ha podido superarse ni siquiera con la humillación del mediocre Manuel Villar. El meño se quedó chisqueado.
El rector Alejandro se ha vuelto un personaje hostil y grosero, con los modales de un dictadorzuelo tercermundista. Aislado como un sátrapa, presume que cualquiera que lo visita asiste a cobrarle un favor. Vivirá la soledad del poder rodeado de su propia mezquindad y la inocua paranoia de los eunucos que lo rodean. La indolencia de las ideas se refleja en la pobreza de sus ocurrencias. Como cuando recientemente declaró a la prensa que el próximo ciclo educativo sería al menos 70% vía internet, cuando la UASLP ni siquiera cuenta con una plataforma medianamente eficaz. Imposible no imaginar que los próximos egresados de estomatología habrán aprendido a sacar muelas viendo tutoriales en youtube.
La lucha intestina que desató el ilegal acuerdo administrativo que faculta a los consejos técnicos de cada escuela para registrar, analizar y determinar ¨con libertad de criterio¨ quién sería la posible terna que el rector ¨meño¨ presentará para su aprobación en el consejo directivo universitario. Todo fue una farsa. El patético esfuerzo democratizador del ¨meño¨ se derrumbó exhibiendo la miseria moral y ética de la comunidad universitaria. Tardíamente los integrantes de los consejos técnicos se percataron de las lagunas jurídicas que contenía el acuerdo administrativo. Imposibilitados para oponerse a semejante aberración, optaron por ir a pedir línea, en la mayoría de los casos, el ¨meño¨ favoreció a personajes nefastos para ocupar los lugares predeterminados en las ternas. Incluso llegó al extremo de rechazar ternas electas democráticamente para incluir a los directores o directoras que fueron derrotados con sus propios medios o sufren el rechazo de los alumnos y maestros de las escuelas respectivas.
Tal es el caso de la escuela de Química donde la actual directora María Guadalupe Beatriz Zapata Zapata (con posibilidad de relegirse), se expuso al repudio de los representantes y solo obtuvo cinco votos contra once y trece de los otros tres aspirantes registrados. Resulta muy ilustrativo que a pesar de que evidentemente la mujer no obtiene por si sola un mínimo de consenso en su escuela, para el rector cuenta con los méritos necesarios para relegirse. Todo eso derivado de una mañosa interpretación de la fracción octava inciso quinto del acuerdo administrativo de marras que establece que de no haber consenso, el ¨meño¨, ante la ausencia de algún otro ser divino, decidirá el destino de los hombres y mujeres que ambicionan el poder. En las escuelas donde se le complicaba la situación, bastaba con registrar un cuarto aspirante para concederse a sí mismo el derecho sagrado de proponer los elegidos. Pero si así estaba desde el principio con el estatuto. ¿Para que andar haciendo tanta pantomima?
En arquitectura no podía haber sido un escenario más absurdo, 18 aspirantes, con posibilidades de relección para el director Daniel Jiménez Anguiano, hombre de moral relajada, protegido del ex rector Villar Rubio, ni siquiera está en la terna, aquí si aplicó un criterio distinto el arrogante Zermeño. Meño se aferró a la idea de imponer como director del Hábitat a Wilfrido Martínez de León, arquitecto fifí, harto conocido en el círculo social de ¨los clase media alta¨ con aspiraciones de potentados. Un requisito le faltó y al llegar la impugnación, los beneficiados fueron la mafia de la geometría. Resulta que en la facultad existe un grupo bien organizada que opera bajo los principios de cualquier organización criminal, su principal actividad es reprobar alumnos y cobrar los porcentajes por los exámenes extraordinarios a razón de 400 del águila por cabeza. Más los cursos de verano que organizan los mismos terroristas académicos, eso de reprobar alumnos resultó ser una industria muy lucrativa.
Rosa María Reyes Moreno y Jorge Yáñez ocupan dos tercios de la terna, operan bajo la cauda de Marta Lucia López Almaguer, secretaria general del sindicato académico de la UASLP. Las cosas como son.
En la escuela de administración las cosas no iban bien desde el principio, el director Carlos González fue uno de los más férreos promotores de la incipiente candidatura de meño allá por el mes de febrero, la época en que la pedantería y arrogancia no formaban parte de la estridente pose de Zermeño. La imposibilidad de Carlos González para relegirse y su incapacidad para controlar los ánimos dentro del mismo grupo. La candidata oficial puede ser Hilda Borjas, actual secretaria de la facultad, dejó en el camino a lupita Brieño, titular de la unidad de posgrado y aparentemente la candidata oficial de González. Lo que sea que signifique eso.
En estos momentos, Carlos González y muchos de los que apoyaron a Zermeño deben estarse sintiendo las personas más estúpidas de la UASLP.
La mezquindad del petulante. Alejandro Zermeño Guerra ha puesto una barrera entre las personas y él. El acrílico del biombo que mandó colocar sobre el escritorio lo protege del covid – 19, pero no de las severas contradicciones que seguramente marcarán su paso por la política universitaria.
Tomada de Región Centro