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La rumiación y la ansiedad

Por Estefanía López

Con el reciente estreno de la película ‘Intensamente 2’ se vuelve a tener en boca el tema de la ansiedad, cómo es qué esta funciona y cómo de alguna manera busca cuidarnos a pesar de generar tanto malestar, sin embargo, si algo he aprendido en estos años de terapia, es que muchos pasamos por alto lo que (para mi) es el origen de la ansiedad, la rumiación. 

La rumiación psicológica es la tendencia a darle vueltas una y otra vez al mismo tipo de pensamientos, es lo que experimentamos muchas veces cuando notamos que nos cuesta dejar de pensar en algo, en esas situaciones en las que determinados contenidos de nuestra mente ocupan demasiada energía y, casi sin darnos cuenta, empezamos a asociar todo lo que nos va ocurriendo con esos pensamientos que ya veníamos anticipando, de modo que cada vez nos aferramos más a ellos. 

A veces, la rumiación psicológica puede llegar a ser como combustible de procesos creativos, ya que nos ayuda a centrarnos en un tema y ver en él una infinidad de matices. Sin embargo, en casi todas las ocasiones va de la mano de un cierto grado de malestar y, como veremos, de estrés o ansiedad. 

La rumiación

El concepto de la rumiación psicológica está estrechamente relacionado con el de pensamientos intrusivos, este tipo de imágenes mentales e ideas que emergen en nuestra consciencia sin previo aviso y tienen un efecto disruptivo, es decir, perturban en algún sentido nuestro estado de ánimo, arrastrando consigo toda una serie de pensamientos que tienen poco o nada que ver con lo que teníamos en mente antes de ese primer pensamiento. 

La rumiación psicológica es un círculo vicioso en constante movimiento y transformación, se trata de contenidos mentales con una carga emocional, es decir, con una gran capacidad para movilizar nuestras emociones, ya sea porque nos llevan a evocar recuerdos importantes para nosotros o porque nos llevan a centrar nuestra atención en ideas ante las cuales somos sensibles o vulnerables. 

Ahora, ¿por qué la rumiación podría ser uno de los orígenes o detonantes de nuestra ansiedad? Bueno, como hemos visto en columnas anteriores, la ansiedad es una respuesta psicológica y fisiológica a situaciones reales o imaginadas que nos ponen “en guardia”, es decir, que requieren que estemos listos para actuar rápidamente ante cualquier señal de que podemos salir perjudicados en una situación. 

Dicho de otro modo, la ansiedad se fundamenta en la evitación: nos mantenemos en alerta para intentar que no ocurra algo que nos dolería física o emocionalmente. ¿Y cuál es una de las experiencias más súbitas que nos pueden generar malestar prácticamente sin hacer nada? Exacto, la rumiación de los pensamientos intrusivos. 

Lo que explica la interacción entre la ansiedad y la rumiación psicológica es, principalmente, que el simple hecho de intentar evitar los pensamientos intrusivos nos vuelve mucho más vulnerables a estos, atrayéndolos hacia nuestra consciencia y haciendo que caigamos de lleno en la rumiación psicológica, lo que de nuevo da paso al malestar y aumento de síntomas de la ansiedad. 

Es importante que, si eres una persona que constantemente se encuentra dándole vueltas a un asunto, reviviendo peleas pasadas, considerando posibilidades que realmente no tienen paso a la realidad, consultes con un especialista, pues la rumiación y la ansiedad son como una bola de nieve, cada vez se va haciendo más grande y peligrosa. 

 

Estefanía López Paulín
Contacto: psc.estefaníapaulin_uaslp@hotmail.com
Número: 4881154435 

 

 

 

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