La realidad virtual (RV) es una tecnología que crea un entorno simulado por computadora, que puede ser similar o completamente diferente al mundo real. La RV utiliza dispositivos especiales como cascos de realidad virtual, guantes, y otros dispositivos de seguimiento para sumergir al usuario en un entorno virtual.
La realidad virtual en psicología se refiere al uso de tecnologías de RV para crear entornos virtuales inmersivos que permiten a los terapeutas y pacientes interactuar de manera segura y controlada. Esto ha abierto nuevas posibilidades para el tratamiento de varios trastornos, como:
– Trastornos de ansiedad: La RV se utiliza para exponer a los pacientes a situaciones que les provocan ansiedad de manera gradual y controlada, ayudándoles a superar sus miedos.
– Fobias: La RV permite a los pacientes enfrentar sus fobias de manera segura, como la acrofobia (miedo a las alturas) o la aviación (miedo a volar).
– Trastorno de estrés postraumático (TEPT): La RV se utiliza para recrear situaciones que desencadenaron el TEPT, permitiendo a los pacientes procesar y superar sus experiencias traumáticas.
– Rehabilitación cognitiva: La RV se utiliza para ayudar a pacientes con lesiones cerebrales o enfermedades neurodegenerativas a recuperar habilidades cognitivas y motoras.
La RV en psicología ofrece varias ventajas, como:
Control y seguridad: Los entornos virtuales pueden ser controlados y adaptados a las necesidades individuales de cada paciente.
Inmersión y presencia: La RV proporciona una experiencia inmersiva que puede aumentar la sensación de presencia y compromiso en el tratamiento.
Accesibilidad: La RV puede ser especialmente útil para pacientes que tienen dificultades para acceder a entornos físicos específicos o que necesitan tratamiento en entornos seguros.
Por otro lado, también existen desventajas a la hora de utilizar RV en psicología, como:
Costo: La tecnología de RV puede ser costosa, lo que limita el acceso a algunos pacientes y terapeutas.
Náuseas y mareos: Algunos pacientes pueden experimentar efectos secundarios como náuseas, mareos o dolores de cabeza debido a la exposición a entornos virtuales.
Dificultad para generalizar: Los resultados obtenidos en entornos virtuales pueden no aplicarse fácilmente a situaciones de la vida real.
Posible dependencia: El uso excesivo de la RV puede generar dependencia en la tecnología en lugar de fomentar habilidades y estrategias para manejar situaciones en la vida real.
Sin duda el avance de la tecnología nos ofrece nuevas herramientas para el tratamiento de diversos trastornos, sin embargo, este es un campo muy nuevo, por lo que aún se necesitan pruebas y adaptaciones para que esto en un futuro pueda ser accesible y de fácil manejo tanto para los pacientes como para los terapeutas.
Estefanía López Paulín
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