ARTE, OCIO Y MODA

La Ogresa: La mujer que mató a más de 100 niños

* Su historia causó en México y todo el mundo a principios de los años 40

La historia de Felícitas Sánchez Aguillón, mejor conocida como la Ogresa de Colonia aroma, es uno de los relatos más bizarros y crueles, esto porque se le atribuyen los crímenes de asesinato y trata de niños.

En los años cuarenta surge la historia de don Francisco Páez, un hombre que era dueño de una tienda de abarrotes. Cierto día el señor llegó a su local y se dio cuenta que una coladera estaba tapada, para acabar con el problema don Francisco llamó a unos albañiles para arreglar el problema, estos le dijeron que tenías que abrir el piso. Luego de que se iniciara el trabajo, los albañiles se encontraron con la sorpresa de que la caldera estaba tapada por “

Se sabe que Felícitas estudió enfermería en 1900 y a partir de ese momento empezó a trabajar como partera, no obstante, su economía no era muy buena. Tiempo después se casó con un hombre con el cual tuvo un par de gemelas, su mala economía llevó a la pareja a vender a las pequeñas; esto sería un detonante para su divorcio. Luego de la separación, Felícitas decidió mudarse de su natal Veracruz a la Ciudad de México.

Cuando Felícitas llegó a la CDMX, consiguió un departamento con una mujer que se la pasaba trabajando, por lo que la Ogresa aprovechó para usar el lugar para convertirlo en un sitio para practicar absortos. Mujeres de alto prestigio y dinero acudía a Felícitas, su fama creció tanto que incluso realizaba trabajos a domicilio.

Además de los abortos, comenzó a vender y comprar bebés, por ello se le acusó de trata de recién nacidos. Se dice que muchos de los niños que no lograba vender, terminaban siendo asesinados. Algunas personas que trabajaron para Felícitas relataban que las torturas a los bebés eran las siguientes: Bañaba a las criaturas con agua helada, no les daba de comer durante períodos considerables de tiempo, los dormía en el piso y a veces los alimentaba con carne o leche podrida.

También se relató cómo es que mataba a los pequeños: Asfixia, envenenamiento, apuñalamiento y hasta inmolación. Generalmente los estrangulaba o asfixiaba (en muchas ocasiones repetía sus diversiones de la infancia y los envenenaba), ya muertos procedía a descuartizarlos (en ciertas ocasiones los llegó descuartizar vivos); los restos, generalmente, los tiraba a las alcantarillas, a veces los desechaba en depósitos de basura y otras veces los incineraba en una caldera.

Seguiremos informando.

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