La empatía es la capacidad para entender los sentimientos y las emociones de una persona incluso cuando lo está pasando mal, es importante no confundirla con emociones como la compasión, puesto que en la compasión la persona, aparte de ponerse en el lugar del otro, también intenta ponerle fin a su sufrimiento, es decir, la empatía es un requisito para la compasión, pero la compasión implica también poner fin al sufrimiento mientras que en la empatía no necesariamente.
Pero ¿cuáles son algunas de las características que se necesitan para ser empáticos?
Primeramente, sensibilidad y sentir lo que otros sienten, las personas empáticas son sensibles y entienden los sentimientos de los demás, sin embargo, en ocasiones esto puede ser un arma de doble filo porque pueden sentirse obligados a involucrarse de manera activa con el otro, aunque el conflicto no tenga que ver con ellos mismos.
Les gusta escuchar, escuchan de manera activa, es decir, no se limitan a oír lo que la gente dice, se concentran en lo que la otra persona les está diciendo, analizan el porqué de que la persona se siente como se siente, lo legitiman y dan respuestas acordes a ello.
No son extremistas, no creen que todo sea blanco o negro, saben que hay una bonita gama de grises en medio, por ejemplo, cuando les surge un conflicto no se posicionan fácilmente, intentan buscar respuestas intermedias.
Son respetuosas y tolerantes, las personas empáticas respetan las decisiones de los demás, aunque ellos no hubiesen tomado esas mismas decisiones o hubiesen actuado diferente.
Entienden la comunicación no verbal, se fijan tanto en el lenguaje verbal como en el no verbal, atienden a gestos, miradas, inflexiones y tonos de la voz, etc. Con lo que consiguen no solo entender el mensaje verbal, si no extraer el mensaje emocional que el lenguaje no verbal contiene.
Hablan con cuidado, miden siempre sus palabras porque saben que según cómo digan las cosas pueden hacer daño a la otra persona, intentan ser cuidadosos y expresarse con tacto teniendo el menor impacto negativo en el otro.
Entienden que cada persona es diferente, comprenden que cada persona tiene unas necesidades y que todos somos diferentes, saben tratar a cada persona acorde a sus circunstancias.
Los beneficios que tiene ser empático son muchos y muy buenos, entre los principales se encuentran: ayuda a sentirte mejor contigo mismo, ayuda en la resolución de problemas, desarrolla las habilidades sociales, ayuda a tener respeto por el resto de las personas, ayuda a conectar mejor con otras personas, ayuda a no juzgar a otros, fomenta el desarrollo emocional, y contribuye a la inteligencia emocional.
Estefanía López Paulín
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