Hace unos meses tuve la oportunidad de asistir a una expo donde algo que llamaba mucho la atención era un stand que no tenía nada que ver con el concepto por el cual me encontraba ahí y definitivamente la curiosidad hizo acercarme y preguntar de qué estaban hechas toda esa gran variedad de objetos que parecían de cantera gris. Comencé con las preguntas y lo primero que encontré fue la sonrisa de sus anfitriones resaltando es que es una empresa familiar donde todos intervienen e interactúan para el éxito del negocio.
Eugenio Ochoa Pintor, su esposa Aida Apanco Cortés, sus hijos cinco hijos Karina, Ana Laura, Alberto, María Isabel, Juan Pablo, además de primos, sobrinos, yernos, entre otros es el equipo de base que formalmente desde hace cuatro años incursionaron en la elaboración de productos artesanales con base en un gran legado que les heredaron sus abuelos y bisabuelos además de que la gente de la comunidad de San Nicolás de los Ranchos en el estado de Puebla, había decidido desertar de este oficio: la Cultura de las Piedras, además de así llamarse el negocio, ofrece productos a base de piedra volcánica, de esta manera han fusionado en este proyecto integral, la tradición y el empleo a 30 o 40 familias. El proveedor de este material es el Volcán Popocatépetl que en diferentes etapas de la historia ha dejado ríos de lava o más bien montañas de piedra resistente que se evita extraer con dinamita para no contaminar la piedra, más bien se extraen las placas con martillo y cincel que son trasladadas al taller para comenzarlas a trabajar con discos de diamante y maquinaria especializada, esto ha permitido facilitar el proceso de elaboración y entrega porque cuando se trabajaba cien por ciento manual, en un día se lograban únicamente de dos a tres piezas (molcajetes por ejemplo), aun así, no dejan de ser productos artesanales, pues tienen que moldearlos y ponerle el toque fino con estándares de medidas y peso.
No solo se encuentran metates y molcajetes en diferentes modelos sino también una línea más amplia de artículos de cocina, como es el caso de los comales, que tiene como característica principal un teflón natural que evita se utilice algún tipo de grasa para preparar lo que más te gusta de una manera saludable: verduras asadas, quesos fundidos, crepas, pizzas, o el comal acanalado donde hacer una carne asada es la mejor opción por quedar la grasa en las orillas. Poco a poco han innovado en otras opciones como los cubitos de hielo que tienen dos funciones, cumplir primero en mantener las bebidas frías una vez que han estado unos minutos en el congelador y la segunda es ayudar a nivelar el ph y a calsificar los huesos por tener la piedra volcánica 128 minerales. Los morteros, que son muy prácticos por su pequeño tamaño para moler especias; las bolitas sirven para dar una cocción más rápida a los alimentos, a la carne de res le mata bacterias, a los nopales les corta el mucílago (baba) y a los frijoles los vuelve más espesos y de mejor sabor, permitiendo llevar a nuestro organismo, un plato una comida alcalina.
Las mezcaleras o tequileros que al igual que los cubitos de hielo, una vez guardados en el congelador por unos minutos, permitirán mantener los destilados a buena temperatura; los molinos que sirven para moler todo tipo de granos o semillas como café, cacao, arroz, frijol, chiles. Las tazas de café que pueden ponerse al fuego vivo para un rico café caliente.
La industria restaurantera es el principal consumidor de comales y molcajetes que los hacen atractivos al ponerles su sello personal para el comensal y si no puedes trasladarte hasta su tienda que se ubica en San Pedro Cholula Puebla, puedes encontrar los mismos productos en algunas plataformas como Marcado Libre, Facebook e Instagram donde además de encontrar todo lo arriba mencionado, también habrá opciones de rodillos para pies, piedras para exfoliar la piel, bolitas con picos para masaje entre muchos más.
Gracias a Ana Laura por el obsequio de la bolita con picos para masaje, ya corroboré que da muy buenos resultados.
Compremos lo hecho en México y recuerda que ¡Puebla te espera con los brazos abiertos!