El repudio en Ciudad Valles, no se ha hecho esperar tras la circulación de un indignante video en redes sociales. En las imágenes, Karyme Morado y Amaury Campillo, estudiantes del Instituto «Mariano Arista», aparecen agrediendo a un indigente mientras dormía en la calle, lanzándole un artefacto de pirotecnia que explotó a escasos centímetros de su cuerpo. Lo que para ellos fue una «broma» está siendo considerado por la opinión pública como un acto de crueldad inhumana.
Ambos agresores tuvieron el descaro de compartir su acto en sus redes sociales, exhibiendo no solo la falta de empatía, sino también una preocupante indiferencia ante las consecuencias de sus acciones. Fue precisamente gracias a estas publicaciones que fueron plenamente identificados. Sin embargo, lejos de enfrentar la situación, han optado por eludir su responsabilidad.
Huida y cinismo: la respuesta de los agresores
Diversas versiones en redes sociales afirman que Amaury Campillo ya habría escapado a Estados Unidos. Usuarios en la plataforma X (antes Twitter) han compartido información sobre negocios en Rayón, presuntamente vinculados a su madre y su padrastro, como posibles pistas para localizarlo. Asimismo, señalan que el joven ha cerrado todas sus redes sociales, pero no antes de que sus imágenes fueran ampliamente difundidas, asegurando que su identidad quedó al descubierto.
Por su parte, Karyme Morado ha recurrido a métodos igualmente reprobables. En un gesto de cinismo, subió el video del ataque con risas y comentarios burlones. Aunque ha intentado ocultarse cambiando los nombres de sus perfiles en Facebook, Instagram y TikTok, su rostro y su acción han quedado grabados en la memoria colectiva.
Clamor popular por justicia
La indignación no se ha limitado a las redes sociales. En la calle y en diversos espacios digitales, los habitantes de Ciudad Valles exigen un castigo ejemplar para ambos jóvenes. No solo piden que enfrenten a la justicia, sino también que repare el daño causado y ofrezcan una disculpa pública. Además, han solicitado al Instituto «Mariano Arista» que no se limite a condenar los hechos con comunicados tibios, sino que actúe de manera contundente.
«¿Esto es lo que llaman ‘líderes en formación’? Sus actos son la antítesis de los valores que supuestamente promueve la institución. La escuela también debe asumir su parte de responsabilidad», señaló uno de los comentarios más compartidos en redes sociales.
Una sociedad que no perdonará
Ciudad Valles no está dispuesta a olvidar ni a pasar por alto este acto de vileza. Los nombres y rostros de Karyme Morado y Amaury Campillo ya son sinónimo de cobardía, de una juventud desconectada de los valores básicos de respeto y empatía. La comunidad ha dejado claro que no descansará hasta que ambos sean llevados ante la justicia. Y, como recordatorio, la sociedad exige algo más que castigos superficiales: quiere que este caso sea un precedente de que no hay espacio para la impunidad en actos tan deplorables.
Hoy, el peso de la ley y el juicio de una ciudad entera están sobre ellos. Escapar o esconderse solo prolongará lo inevitable: enfrentar las consecuencias de sus actos y asumir la responsabilidad de una de las peores formas de cobardía humana.
Seguiremos informando.