Este lunes, en Nueva York, dio inicio el juicio por fraude civil contra el expresidente Donald Trump y dos de sus hijos. La fiscalía estatal acusa a Trump de haber obtenido más de mil millones de dólares mintiendo a bancos y aseguradoras sobre el valor de sus activos.
En su alegato inicial, Kevin Wallace, abogado de la oficina de la fiscal general del estado, Letitia James, afirmó que Trump describió de manera «materialmente inexacta» sus finanzas a lo largo de una década, utilizando esta estrategia ilegal para obtener condiciones más favorables en préstamos y primas de seguro más bajas. Esto resultó en beneficios financieros que superan los mil millones de dólares. Wallace destacó que «no importa cuán poderoso sea alguien, ni cuán rico sea, nadie está por encima de la ley».
Por su parte, el abogado de Trump, Christopher Kise, defendió en su declaración inicial la legalidad de las finanzas del exmandatario republicano y de la organización Trump. Kise enfatizó que Trump es una de las marcas más exitosas del mundo y ha tenido éxito en inversiones inmobiliarias.
Como reparación del daño, la fiscal Letitia James busca al menos 250 millones de dólares en multas, una prohibición permanente contra Donald Trump y sus hijos, Donald Jr. y Eric, para dirigir negocios en Nueva York, así como una restricción de cinco años a las actividades comerciales inmobiliarias de Trump y su Trump Organization.
En medio de este juicio, Donald Trump, quien busca contender por tercera vez por la Presidencia de Estados Unidos, ha enfrentado acusaciones relacionadas con temas electorales y de seguridad nacional. Se le acusa de intentar interferir en los resultados de las elecciones de 2020 y de incitar al asalto al Capitolio el 6 de enero por parte de sus seguidores. Además, enfrenta acusaciones de falsificación de registros comerciales y la extracción de documentos clasificados de defensa nacional de la Casa Blanca, que habría resguardado en su residencia en Mar-A-Lago en Florida.