Juana Barraza, mejor conocida como la Mataviejitas, es una de las asesinas seriales más populares de México. Su historia es una de las que más ha llamado la atención, pues fue una mujer que se dedicó a asesinar a personas de la tercera edad; de ahí su apodo.
Historia del arresto de Juana Barraza:
Fue acusada de al menos 17 asesinatos de mujeres de la tercera edad, en entrevista reveló que ella no estaría en la cárcel de no ser ppor haber cometido un error.
Juana merodeaba por la calle José Jasso, en la colonia Moctezuma, cuando vio a una mujer mayor de nombre Ana María, quien era viuda y vivía cerca del lugar con un joven.
La mujer de la tercera edad regresaba de un mandado, encorvada por el peso de las bolsas y caminando lentamente, cuando Barraza se le acercó y le ofreció ayudarla a llevarla hasta su casa. Ya en el departamento de la mujer, Juana le comentó que se dedicaba a hacer servicios de lavado y planchado, la mujer de 84 años le ofreció 22 pesos por una docena de ropa, pero Barraza le respondió que era muy poco. Como respuesta sólo escuchó que Ana María refunfuño: ‘Así son siempre las gatas, quieren ganar demasiado’”.
Juana no respondió, pero tomó un estetoscopio que se encontraba sobre la mesa, se puso detrás de la anciana y utilizando el cordón de caucho rodeó el cuello de Ana María, y la ahorcó hasta dejarla sin aire. Barraza escapó de inmediato del lugar, pero en el momento en el que salía, el joven que vivía con la anciana llegó al lugar y encontró a Ana María muerta. Llamó a la policía y tras una breve persecución, atraparon a Barraza, quien coincidía con el retrato hablado de un asesino serial que los medios de comunicación habían nombrado La Mataviejitas.
Niñez y vida
Juana Barraza nació un 27 de diciembre de 1958 en Pachuca de Soto, Hidalgo. Su padre abandonó a su madre el mismo día en que ella nació y se llevó con él a su hermano. Tres meses después, su madre y ella se trasladaron al entonces Distrito Federal.
Su madre se dedicaba a las labores domésticas y tuvo dos hijos con otro hombre. También destaca en esta parte de su vida, que su madre se volvió alcohólica, y que tenían una situación económica muy precaria. Juana tenía prohibido salir a la calle e ir a la escuela, ya que su padrastro consideraba que las mujeres no necesitaban estudiar para ser amas de casa.
Diariamente, Barraza era agredida de forma física y verbal por su madre; dichas agresiones eran desconocidas por su padrastro, la única persona a la que Juana consideraba su protector. Un día, la madre de Juana decidió ir a beber con unos amigos, y se la llevó. En estado de ebriedad, decidió darla a cambio de tres cervezas a un hombre, quien golpeó, ató de muñecas y violó a la mujer. Tras esto, Juana quedó embarazada.
Luego de tres meses de haber dado a luz, fue rescatada por los hermanos de su padrastro. La madre de Barraza murió de cirrosis hepática cuando ella tenía apenas 18 años, sin embargo, no tuvo ningún tipo de sentimiento mas que rencor y odio.
El momento más triste de su vida, fue cuando su hijo, José Enrique, de 24 años, murió asesinado en una riña.
Su paso por la lucha Libre
A los 30 años, comenzó una carrera como Luchadora Profesional en el cuadrilátero, bajo el nombre de La Dama del Silencio. Sin embargo, en una de las luchas, la mujer se lesionó la columna, y al acudir al médico, el especialista le dijo que podía quedar inválida de seguir en el deporte, por lo que se retiró del cuadrilátero.
La historia:
A partir de 2003, una serie de asesinatos de mujeres de la tercera edad en la Ciudad de México, comenzó a preocupar a las autoridades capitalinas. Según algunos informes, se pensaba que quien asesinaba a las mujeres era una persona trans, pues quienes la habían visto, la describían como alguien con una espalda muy ancha.
Al ser detenida, tras el asesinato de Ana María, el Ministerio Público señaló que sería responsable de al menos 10 asesinatos de mujeres de la tercera edad. Tras meses de audiencias, el juzgado 67 penal del reclusorio femenil de Santa Marta Acatitla, condenó a 759 años de prisión a Juana Barraza por el homicidio de 17 mujeres de la tercera edad, sin embargo, la pena máxima que se le puede dar a una persona es de 50 años, por lo que la Mataviejitas podría salir de prisión cuando tenga 98 años.
Según testimonios, la mujer ocupa su tiempo dentro de la prisión, vendiendo comida en las instalaciones, de donde espera salir libre luego de 50 años.