José María Velasco es reconocido como uno de los más destacados paisajistas de México y una figura prominente en la historia del arte mexicano del siglo XIX. Nacido el 6 de julio de 1840 en Temascalcingo, Estado de México, Velasco mostró un talento innato para el arte desde una edad temprana. Fue influenciado por su entorno rural, que luego plasmó en sus obras maestras.
Su estilo distintivo se caracteriza por la meticulosidad en la representación de la naturaleza, la precisión en la perspectiva y la riqueza en el color. Velasco tenía una habilidad excepcional para capturar la luz y la atmósfera, lo que dotaba a sus paisajes de una sensación de vida y profundidad.
Entre sus obras más famosas se encuentra «El Valle de México desde el cerro de Santa Isabel», una vista panorámica que muestra la majestuosidad del paisaje mexicano y que ha llegado a representar el espíritu nacionalista en el arte del país.
A lo largo de su carrera, Velasco recibió numerosos reconocimientos, incluyendo la Medalla de Oro en la Exposición Universal de París en 1889. Su legado perdura como una influencia perdurable en la pintura mexicana y su obra sigue siendo admirada tanto a nivel nacional como internacional. Velasco falleció el 26 de agosto de 1912, dejando un legado artístico invaluable que continúa inspirando a generaciones de artistas.