Italia enmudeció Wembley en un partido donde llegó con el papel de víctima, pero se convirtió por segunda vez en su historia, en campeón de la Eurocopa, algo que no lograba desde la edición de 1968 cuando venció en la Final a Yugoslavia.
Y tuvo que ser hasta la serie de pénaltis, donde Gianluigi Donnarumma se puso el traje de héroe, atajando dos de los tres disparos del conjunto inglés, que se quedó con las manos vacías, cumpliendo así 55 años de no poder levantar un título.
La última ocasión en que Inglaterra se coronó fue en la Copa del Mundo de 1966 jugada en casa. El escenario lucía ideal para los ingleses desde el arranque del partido. Acompañados por miles de aficionados en el Wembley Stadium, sorprendieron y se fueron adelante en el marcador apenas cuando corría el minuto dos, aprovechando un descuido de la defensa italiana, que dejó a Kerian Trippier acercarse al área con pelota dominada.
El lateral mandó un servicio medido a segundo poste, a la zona donde llegó con completa libertad Shaw. Sin dejar caer la pelota la contactó con potencia para vencer a Donnarumma e inaugurar el marcador en la catedral del futbol. Italia terminó el tiempo reglamentario encima de la portería de Pickford.
Inglaterra no pudo ser ese equipo peligroso que se mostró a lo largo del torneo, y en contraste vivió los últimos minutos del duelo defendiendo el resultado y provocando que el partido se fuera a tiempos extra.