Israel se alista para una posible invasión terrestre en Líbano, según señalaron altos mandos militares ayer. A la par, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, admitió que existe la posibilidad de que el conflicto se intensifique a gran escala, mientras que el primer ministro británico, Keir Starmer, instó a sus compatriotas a abandonar la zona de combate de inmediato.
Los recientes bombardeos aéreos en Líbano podrían ser el preludio de una operación más amplia destinada a repeler a Hezbollah y garantizar el retorno seguro de los israelíes desplazados, comentó el teniente general Herzi Halevi.
Dirigiéndose a las tropas en la frontera norte de Israel, Halevi afirmó que el ejército está organizando una maniobra que implicaría que los soldados, con sus botas de combate, ingresen en territorio enemigo, donde Hezbollah ha convertido aldeas en puestos militares estratégicos.
Mientras tanto, las tensiones aumentaron aún más cuando Hezbollah lanzó su ataque más contundente hasta la fecha, dirigido contra Tel Aviv.
Tras una jornada marcada por intensos intercambios de fuego, en la que Hezbollah lanzó decenas de proyectiles hacia Israel, las declaraciones de Halevi representan el indicio más claro de que las fuerzas israelíes podrían ser movilizadas.
La escalada de violencia ha dejado cientos de muertos en Líbano, ha obligado a miles de israelíes del norte a buscar refugio en búnkeres y ha forzado el desplazamiento de 90 mil libaneses de sus hogares.
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