Israel, Alan, Jorge y Calep son los nombres de los jóvenes que desaparecieron la madrugada de aquel lunes 26 de julio cuando salieron de San Luis Potosí con rumbo a Tonalá, Jalisco, por una encomienda de trabajo. Viajaban en una camioneta Ranger 2013 de color rojo con los logos de la empresa de mantenimiento y soluciones industriales MYSI; desde entonces y pese a las promesas de las autoridades, los jóvenes se mantienen en calidad de desaparecidos, nadie sabe dónde están, nadie sabe qué pasó.
La escasa información que se tiene, tres meses después de la desaparición, señala que fueron vistos por última vez en Lagos de Moreno, ya en territorio jalisciense, sin embargo, aunque la Fiscalía potosina y su homónima de Jalisco han asegurado que se está trabajando en el tema, es momento que no se tiene ni el menor de los resultados.
Israel Andrade Hernández de 20 años, Alan Michel Martínez Vargas de 23, Jorge Rodríguez Ortiz de 24 y Calep Adonai Maldonado Monsiváis de 18, desaparecieron repentinamente sin dejar rastro, fue como si la tierra se los hubiera tragado porque, por más que se llamó a sus teléfonos celulares, por más que se les buscó en redes sociales, por más que se investigó con la empresa que los mandó a trabajar, no se pudo establecer ni el menor de los contactos con los jóvenes.
Han pasado ya tres meses desde que los cuatro jóvenes desaparecieron. La Fiscalía no ha sabido dar respuesta y es que, de una u otra manera, se tiene que reconocer que la desaparición ocurrió en el estado de Jalisco, pero las instancias de aquella entidad tampoco han atinado a dar respuestas. El caso ha llegado a manos del presidente de la República, pero ni eso ha agilizado el proceso.
Mientras pasan los días, mientras pasan los meses, las familias no cesan su búsqueda incansable; en redes sociales, en medios de comunicación, en manifestaciones, demandan a las autoridades que se investigue y que se localice a los desaparecidos, que los regresen a casa.