El evento, organizado por el INAH y la UANL, se desarrolla vía remota por el canal de la Coordinación Nacional de Antropología (CNAN) en YouTube.
“El espacio universitario no es una isla, por el contrario, interactúa y refleja la dinámica social que experimentamos, de ahí que las múltiples violencias estructurales que se citan en México, se trasladen a los territorios de la enseñanza superior, por lo que erradicarla necesita de una visión integral de la cultura de paz y crítica frente a las fuerzas que alientan la desigualdad”, sostuvo el sociólogo Eduardo Sandoval Forero.
El profesor e investigador de la Universidad Autónoma del Estado de México, fue el encargo de abrir con una conferencia magistral la Semana Cultural de la Diversidad Sexual, la cual en su 19ª edición se desarrolla bajo el lema: “Por una educación para la paz en espacios universitario, hacia la erradicación de todo tipo de violencia”. Hasta el 10 septiembre, más de 60 ponentes procedentes de instituciones académicas, gubernamentales y de la sociedad civil, debatirán en torno a estos temas mediante conversatorios digitales.
Dada la contingencia sanitaria actual, en esta ocasión el evento —organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL)— se desarrolla vía remota por el canal de la Coordinación Nacional de Antropología (CNAN) en YouTube, con sesiones entre 10:00 y 18:00 horas, abiertas a todo interesado. Todo ello, en el marco de la campaña “Contigo en la Distancia”, de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México.
Al inaugurar las actividades, Paloma Bonfil, coordinadora nacional de Antropología del INAH, expresó que los movimientos que promueven el derecho y el reconocimiento a la diversidad sexual, hoy se mueven en todos los ámbitos, tanto a nivel local como internacional. De suerte que las identidades sexuales se muestran en su diferencia y su diversidad, “con voces nuevas, o al menos ya visibles, que no hablan solo de la disidencia sexual, sino también de diferencias culturales, políticas, territoriales, y señalan y reclaman la violencia que enfrentan bajo todas sus modalidades”.
Se trata —continuó— de una búsqueda de la expresión de humanidad, bajo el hecho incontestable de que una persona no puede definirse unívocamente, sino que está atravesada por sus deseos, opciones, circunstancias y sus identidades asignadas y elegidas.
Por su parte, Ludivina Cantú Ortiz, directora de la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL, comentó que esta casa de estudios reconoce que la violencia de género es una de las mayores amenazas de nuestro tiempo para la convivencia pacífica entre las personas, por ello, ha impulsado la creación de diversas instancias que promueven la igualdad.
Entre ellas, citó, se encuentran el Centro de Estudios de Género, la Maestría de Género en Políticas Públicas, la Unidad de Género, la Comisión de Investigación para la Igualdad de Género, el Protocolo de Atención para Casos de Acoso y Hostigamiento Sexual y, recientemente, la Unidad de Aprendizaje y Cultura de Género, que es transversal a todos los programas académicos de licenciatura 2020.
A nombre del Comité Organizador de la XIX Semana Cultural de la Diversidad Sexual, la doctora Yesenia Peña Sánchez hizo hincapié que en nuestro siglo, el respeto e inclusión a la diversidad sexual, no es evidente.
Explicó que desde la escuela, la educación sexual se reduce al reconocimiento de sistemas sexo-género y a la educación sexual y reproductiva de orden biológico, “evitando confrontar e incluir al otro, el que se atreve a nombrar sus deseos y tener orgullo, olvidando que, por una u otra razón, siempre se presentan variaciones y cambios en el proceso de vida, en nuestros cuerpos, grupos, decisiones, experiencias, conciencias sociales e individuales, por lo que siempre habrá diversidad entre nosotras y nosotros”.
Sumando a lo anterior, dijo, el confinamiento “ha dejado entrever la escalada de las violencias en la pareja, intrafamiliar, hacia la mujer, niños, niñas y adolescentes, el ‘juvenicidio’ y un número indeterminado de feminicidios, además de la puesta en alerta de las y los activistas, porque en lo que va del año llevamos 50 crímenes de odio, afectando a mujeres trans y población gay, principalmente”.
La sociedad actual está sexuada en toda su cotidianeidad y a través del género se establecen sus roles, de ahí que se requiere por parte de la sociedad, en la que se incluyen los académicos, un gran esfuerzo, disposición y ánimo de aceptarla en sus múltiples expresiones. El pronunciamiento —señaló la antropóloga— es hacia un enfoque comprensivo que permita construir comportamientos prosociales, no solo correctivos-disciplinarios, acordes con los derechos humanos, la interculturalidad y la perspectiva de género.
Al respecto, el doctor Eduardo Sandoval Forero, quien dictó la conferencia magistral Cultura en la paz y su relación con la renuncia a todo tipo de discriminación y violencia en espacios universitarios, insistió en que estos no se hallan aislados de la sociedad, de la economía, de políticas y del poder; a la vez que la sociedad no está aparte de la universidad, pues hay diversos factores que se explican en esa interrelación.
Dicha relación está determinada por las condiciones de una paz imposible, cuando se presentan todas estas violencias y discriminaciones, o de una paz integral sostenible y duradera cuando estamos trabajando en perspectivas distintas a las violencias.
El miembro de la Academia Mexicana de Ciencias y del Sistema Nacional de Investigadores, apuntó que por ser poco visibles o llamativas para la nota roja, las violencias en el seno universitario han sido “naturalizadas”, “normalizadas”, y no estudiadas lo suficiente por la propia comunidad.
“La violencia en la educación superior no se manifiesta con grandes índices de asesinatos, feminicidios, secuestros, desapariciones…, las violencias frecuentes en las universidades tienen que ver con pensamientos y comportamientos discriminatorios contras las mujeres, indígenas, afrodescendientes, migrantes, personas que profesan otra religión, otras preferencias sexuales distintas a las establecidas hegemónicamente, y otras políticas.
“Esta ideología y comportamiento de la discriminación son de tipo emocional, psicológico, abuso sexual, exclusión, indiofobia, racismo y xenofobia, por parte de autoridades educativas, docentes y entre alumnos, lo que genera inequidades, degradaciones, vergüenzas, deshonra, humillación, descalificación, burla, ridiculización, negligencia y secuelas que afectan la formación, el desarrollo, autoestima y el futuro de quienes padecen estas violencias”, expuso el doctor Sandoval.
En la inauguración de la XIX Semana Cultural de la Diversidad Sexual, en su modalidad virtual, estuvieron también Juan Manuel Argüelles, director de Antropología Física, del INAH; y Celso José Garza, secretario de Extensión y Cultura de la UANL.