
Un reciente artículo publicado en la revista Nutrients revela la esencial relación entre las Vitaminas del Complejo B y el funcionamiento cerebral, destacando su impacto en numerosos aspectos vitales para la salud celular y cerebral. Las vitaminas B, según el estudio, desempeñan funciones fundamentales en la producción de energía, la síntesis y reparación de ADN y ARN, entre otros procesos vitales.
El grupo de las Vitaminas B comprende ocho nutrientes vitales: tiamina (B1), riboflavina (B2), niacina (B3), ácido pantoténico (B5), vitamina B6, ácido fólico (B9) y vitamina B12. Cada una de estas vitaminas tiene un papel específico y complementario en la función cerebral.
La deficiencia de cualquiera de estas vitaminas puede causar una serie de síntomas neurológicos y psiquiátricos, resaltando la importancia de mantener un equilibrio adecuado en su consumo. Por ejemplo, la falta de tiamina puede manifestarse en irritabilidad, confusión y pérdida de memoria, mientras que la deficiencia de riboflavina puede causar fatiga y cambios en la personalidad.
En términos de alimentación, las vitaminas del complejo B se encuentran en una variedad de alimentos. La tiamina se halla en cereales integrales y vegetales verdes, la riboflavina en lácteos y hortalizas de hoja, y la niacina en carnes y cereales integrales, entre otros.
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