Un reciente estudio, publicado en la revista Nature Communication y respaldado por el Centro de Investigación en Ecología y Aplicaciones Forestales (Creaf), señala que los seres humanos son responsables de la extinción de al menos 1.430 especies de aves. Esta cifra duplica significativamente las estimaciones previas sobre el impacto humano en la avifauna mundial.
El estudio, basado en modelos matemáticos, ofrece un panorama más amplio de las extinciones provocadas por los humanos a lo largo de la historia moderna, abarcando aproximadamente los últimos 130.000 años. Hasta ahora, se sabía que desde el final del Pleistoceno, alrededor de 600 especies de aves habían desaparecido, principalmente en islas habitadas por humanos.
Las extinciones abarcan una diversidad de aves, desde el icónico Dodo de Mauricio hasta especies más cercanas a nosotros, como pájaros de Canarias y Baleares.
El equipo de investigación utilizó datos de extinciones conocidas para estimar cuántas especies podrían haber desaparecido si el esfuerzo documental hubiera sido más amplio en otras regiones, como en Nueva Zelanda, país donde se cree que la fauna de aves anterior a la llegada del ser humano está bien documentada.
En el caso de España, se han documentado tres extinciones en las Islas Baleares y diez en Canarias, pero el modelo matemático sugiere que podrían haber ocurrido tres más en Baleares y ocho adicionales en Canarias, que aún se desconocen.
El estudio también identifica tres procesos masivos de extinción: uno en el siglo XIV en el Pacífico Oriental (incluyendo Hawái), con la pérdida de al menos 570 especies de aves; otro en el siglo IX a.C. en el Pacífico Occidental, incluyendo las Islas Fiji; y el tercero, que continúa en la actualidad y comenzó aproximadamente en el siglo XVIII.
Además de la deforestación y la propagación de especies invasoras, las aves se enfrentan a amenazas adicionales como el cambio climático, la agricultura intensiva y la contaminación, lo que podría resultar en la extinción de hasta 700 especies adicionales en los próximos años, superando la magnitud de las extinciones pasadas.
Este estudio destaca la urgencia de abordar las causas de la crisis actual de biodiversidad y la necesidad de esfuerzos concertados para proteger y conservar la avifauna mundial.
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