En los últimos años, el hongo Candida auris ha generado creciente preocupación en Estados Unidos debido a su rápida propagación y resistencia a los medicamentos antimicrobianos. Considerado una “amenaza urgente” por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), este patógeno ha experimentado un alarmante aumento en su incidencia, especialmente en entornos hospitalarios.
Un reciente estudio publicado en el American Journal of Infection Control reveló que las infecciones por C. auris han crecido significativamente en el Sistema de Salud de Jackson Miami, con casos que aumentaron de 5 en 2019 a 115 en 2023. Las infecciones suelen detectarse en hemocultivos, y el hongo ha demostrado ser particularmente resistente a los tratamientos antifúngicos convencionales, lo que hace que las infecciones sean difíciles de tratar.
Aunque C. auris no representa una amenaza para personas sanas, su peligrosidad es elevada en pacientes gravemente enfermos, especialmente aquellos que utilizan dispositivos médicos invasivos o que tienen estancias prolongadas en hospitales. Las infecciones pueden resultar en complicaciones graves e incluso mortales. La facilidad con la que el hongo se propaga en los entornos de atención médica y su capacidad para resistir desinfectantes tradicionales agravan aún más el problema.
Según expertos de los CDC, el aumento de casos resistentes a las equinocandinas, un tratamiento común para C. auris, se triplicó en 2021, lo que subraya la gravedad del problema. Las autoridades sanitarias han destacado la necesidad de fortalecer las medidas de prevención en hospitales, con una mayor vigilancia, mejores capacidades de laboratorio y diagnósticos más rápidos.
El hongo ha sido detectado en todos los estados de EE. UU., con los mayores brotes reportados en Nueva York, Illinois, Florida y California, donde se acumulan miles de casos. En Georgia, por ejemplo, el estado ha registrado más de 1,300 infecciones hasta finales de febrero de 2023, lo que demuestra la extensión de la amenaza.
La rápida propagación de C. auris resalta la urgencia de mejorar las estrategias de control de infecciones en las instalaciones de salud, un desafío creciente ante la resistencia del hongo a los métodos de desinfección tradicionales.
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