l último gol del goleador. Jaime Escandar era el delantero letal que todo equipo de barrio quiere tener.
El Club Aparición de Paine, una localidad en Chile, disfrutó de su instinto goleador dentro del verde césped, a principios de este año falleció, pero su huella fue tan difícil de borrar que sos compañeros y los hinchas de la entidad decidieron despedirlo dentro de la cancha, pero de una llamativa manera.
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El futbolista también era conocido como el Negro Manfla y su buena performance lo llevó a convertirse en «el nueve más letal de la zona», según los cientos de mensajes que le dejaron quienes vieron jugar al atacante trasandino e inflar las redes en repetidas ocasiones.
La ceremonia a modo de despedida que organizaron sus compañeros y seguidores fue en el campo de juego. Los restos de Escandar fueron llevados hasta el campo de juego por sus compañeros de equipo para que marcara su último gol frente a los tres palos que tantas veces venció.
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Con el ataúd en el centro del área chica, algunos camisetas sobre él y todos los hinchas al rededor de la cancha observando, un compañero le dio una última asistencia al cajón, que con el rebote hizo que la número cinco cruce la línea de meta por última vez.
Tras que la pelota ingrese bajo los tres postes, los compañeros allí presentes se acercaron rápidamente al féretro. «Vamos Negro, vamos Negrito», se escuchaba mientras que el humo de un par de bengalas blancas se elevaba hacia lo más alto.
