Con la llegada del invierno y los cambios de temperatura, las enfermedades estacionales se hacen más comunes. Sin embargo, a estas se suman otras infecciones menos conocidas y altamente contagiosas, lo que ha generado preocupación entre las autoridades sanitarias. Un virus que está en el centro de la alerta es el Norovirus, una enfermedad estomacal que ha registrado un aumento significativo en los últimos días.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos reportaron que durante la semana del 5 de diciembre se registraron 91 brotes de Norovirus, un aumento notable respecto a los 69 brotes informados a finales de noviembre. Este virus, conocido comúnmente como «gripe estomacal», se transmite principalmente a través del consumo de alimentos contaminados y es altamente contagioso.
Los síntomas del Norovirus incluyen vómito, diarrea, náuseas, dolor de estómago, dolores musculares, dolor de cabeza y fiebre. Los contagios pueden aparecer entre 12 y 48 horas después de la exposición al virus. Aunque cualquier persona puede contraerlo, los grupos más vulnerables son los niños, los adultos mayores y las personas con un sistema inmunológico debilitado, por lo que se recomienda una vigilancia especial en estos sectores.
Afortunadamente, la mayoría de los afectados se recuperan en un plazo de uno a tres días con una dieta rica en líquidos y caldos. Sin embargo, no existe un tratamiento específico para el virus, por lo que el enfoque se centra en aliviar los síntomas y evitar la deshidratación. Las autoridades sanitarias enfatizan la importancia del lavado frecuente de manos como medida preventiva y sugieren acudir a un médico para el diagnóstico y tratamiento adecuado.
El Norovirus es estacional, pero los brotes son más frecuentes entre los meses de noviembre y abril. En este contexto, los expertos insisten en estar alerta y mantener medidas de higiene, especialmente durante las festividades y encuentros familiares, para evitar la propagación de esta enfermedad.
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