Un equipo de científicos de la Universidad de Cincinnati (Estados Unidos) ha hecho un descubrimiento fascinante en Japón: han desenterrado un nuevo mosasaurio de hace 72 millones de años, al que han bautizado como ‘Wakayama Soryu’, que se traduce como «dragón azul» en japonés. Este imponente reptil marino fue hallado en la prefectura de Wakayama, a lo largo del río Aridagawa, y representa una pieza clave para entender los antiguos mares prehistóricos del Pacífico durante el Cretácico Superior.
Los mosasaurios, depredadores marinos de gran tamaño, poblaron los océanos durante la época del Cretácico Superior, aproximadamente entre 90 y 66 millones de años atrás. Estos reptiles acuáticos, contemporáneos del Tyrannosaurus rex, han sido objeto de estudio por su importancia en la comprensión de la vida marina prehistórica.
Este reciente hallazgo, un mosasaurio de la especie Megapterygius wakayamaensis, posee rasgos distintivos poco comunes entre sus pares. El esqueleto fosilizado, descubierto en la Formación Toyajo en la prefectura de Wakayama, exhibe características únicas como aletas traseras excepcionalmente largas y una aleta dorsal similar a la de un tiburón, que probablemente le otorgaban mayor agilidad y velocidad en el agua.
El profesor asociado de la Universidad de Cincinnati, Takuya Konishi, coautor del estudio publicado en la revista Journal of Systematic Palaeontology, describió el hallazgo como asombroso, al tratarse de casi un espécimen completo. Destacó el tamaño y las características físicas singulares de ‘Wakayama Soryu’, subrayando que poseía aletas traseras más extensas que las delanteras, incluso más largas que su propia cabeza de cocodrilo, una particularidad excepcional en los mosasaurios conocidos hasta la fecha.
Los investigadores compararon ‘Wakayama Soryu’ con otros mosasaurios encontrados en diferentes regiones, notando similitudes con especies halladas en Nueva Zelanda y California, lo que amplía el conocimiento sobre estas criaturas antiguas y su distribución geográfica.
El descubrimiento de este mosasaurio en Japón proporciona una valiosa información sobre la vida marina en el Cretácico Superior y representa un hito en la paleontología, permitiendo ampliar nuestro entendimiento de los océanos prehistóricos y la diversidad de especies que los habitaban.
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