
Cada año, miles de personas en todo el mundo sufren un accidente cerebrovascular (ACV), y aunque el riesgo aumenta con la edad, se ha observado un crecimiento en los casos entre adultos menores de 55 años. Sin embargo, casi el 80% de los ACV son prevenibles si se adoptan ciertos hábitos en el estilo de vida. Con una serie de simples cambios, se puede reducir significativamente el riesgo de sufrir esta grave condición.
Uno de los hábitos más importantes para prevenir un ACV es dejar de fumar. Fumar aumenta considerablemente el riesgo, ya que contribuye a la formación de coágulos en las arterias y reduce el nivel de oxígeno en la sangre. No solo los fumadores, sino también aquellos expuestos al humo de segunda mano, enfrentan un riesgo elevado.
Además, mantener controlados los niveles de presión arterial, colesterol y azúcar en sangre es fundamental. La hipertensión y los niveles altos de glucosa en sangre debilitan los vasos sanguíneos, mientras que el colesterol alto favorece la acumulación de grasa en las arterias, lo que puede bloquear el flujo sanguíneo hacia el cerebro.
El sobrepeso, en especial la grasa abdominal, también aumenta el riesgo de ACV. Perder solo un pequeño porcentaje del peso corporal puede mejorar significativamente la salud cardiovascular y reducir los factores de riesgo asociados.
Una dieta balanceada, como la mediterránea, que incluye aceite de oliva, pescado y vegetales, no solo favorece la salud del corazón, sino que también ayuda a prevenir el ACV. Complementar esto con ejercicio regular es crucial; al menos 150 minutos de actividad moderada a la semana pueden ayudar a mejorar la presión arterial y los niveles de colesterol y azúcar en sangre.
Otro factor importante es el descanso adecuado. Dormir entre 7 y 9 horas cada noche contribuye a mantener una presión arterial saludable, mientras que la falta o el exceso de sueño pueden aumentar el riesgo de sufrir un ACV.
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