Ante la inoperancia de las autoridades y la impunidad que se le ha dado al juez de control José Luiz Ruiz Contreras, a pesar de que ha sido señalado en repetidas ocasiones de infinidad de irregularidades, el referido se da el lujo de acudir a domicilios particulares para agredir, golpear e intimidad a todas aquellas personas que le representen un obstáculo o problema sin importar que se trate de sus propias hermanas.
Desde hace ya más de dos años, María Elena Mireles ha buscado la forma de garantizar una pensión para sus hijas aún menores de edad, cuyo padre, José Odilón Ruiz García, también lo es del juez José Luis Ruiz Contreras, quien ha intervenido en el caso para evitar que su padre entregue la pensión a sus medias hermanas, sin embargo, no conforme con ello, en diversas ocasiones ha hostigado, amedrentado, amenazado y agredido físicamente tanto a María Elena como a sus hijos.
La afectada explica que, tras varios años de luchar en los juzgados y ver que no avanza el caso, ha denunciado también las agresiones recibidas por parte de José Luis, hijo del matrimonio anterior de José Odilón, pero, por desgracia, las autoridades se han coludido con el juzgador al grado de archivar o descartar todas las denuncias a pesar de contar con innumerables pruebas.
El hecho más reciente ocurrió apenas el pasado martes cuando, aprovechando que María Elena no estaba en su casa, José Odilón, José Luis y un hijo de éste, acudieron al domicilio en donde insultaron y amenazaron a dos jovencitas menores de edad (hijas de José Odilón) a quienes, en repetidas ocasiones, golpeó y jaloneó del cabello.
Acusan al juez José Luis Ruiz Contreras de interferir en acciones legales contra su padre
Desesperada, María Elena demanda la intervención inmediata de las autoridades ya que, hasta el momento, no ha tenido el menor apoyo pues Derechos Humanos ha guardado silencio, la Fiscalía se hace de la vista gorda y en el Poder Judicial ya ni siquiera la reciben por lo que, ante el recrudecimiento de las agresiones, teme por su vida y la de sus hijos.
