En un operativo reciente, la Dirección de Seguridad Pública y Tránsito Municipal de Ciudad Valles sancionó a conductores de camiones cañeros por exceso de carga, informó el titular de la dependencia, Juan Herrera Sierra.
“La sanción por sobrecarga va desde los 1,800 pesos. Estamos hablando del volumen hacia arriba, deben traer máximo tres camas por encima del límite de la caja, que es aproximadamente un metro. Vamos a estar atentos en ese tema para evitar accidentes mortales…”, enfatizó Herrera Sierra.
El funcionario también reveló que han sostenido reuniones con los tres principales líderes cañeros para advertirles sobre el mal estado de las unidades de carga. No se está exigiendo que los camiones sean nuevos, pero sí que estén en condiciones mecánicas adecuadas, ya que un vehículo sobrecargado y deteriorado es un riesgo latente de tragedia. Las zonas de mayor vigilancia están entre la glorieta Pedro Antonio Santos y el Ingenio Plan de Ayala.
El alcalde David Armando Medina Salazar fue contundente al advertir que las sanciones continuarán, no solo por la sobrecarga de los camiones, sino también por la basura que dejan a su paso. Pidió un compromiso firme del ingenio Plan de Ayala y de las organizaciones cañeras para mantener limpias las vialidades, pues, según dijo, es imposible que el Ayuntamiento, a través de Obras Públicas, pueda ocuparse de toda la limpieza.
“Si en esta semana no se ponen las pilas, porque es vergonzoso y hemos sido muy tolerantes, pero el libramiento y la carretera al ingenio están muy sucias. No están cumpliendo con el peso y las dimensiones, y los voy a detener con todas las de la ley. La verdad es que no podemos ser tan permisivos, llevan hasta metro y medio por encima del límite y ponen en riesgo la vida de la gente…”, sentenció el alcalde.
Las autoridades planean otra reunión con los productores cañeros para reforzar las medidas de control. Sin embargo, la problemática va más allá de reuniones y advertencias. Mientras los cañeros y las corporaciones de seguridad no asuman su responsabilidad con seriedad, el peligro en las carreteras seguirá cobrando víctimas. La tolerancia se agota, y la negligencia no puede seguir siendo el factor común en esta crisis de seguridad vial.
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