La reciente expulsión de Enrique Galindo Ceballos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha generado un intenso debate sobre las consecuencias de esta decisión en la política estatal. Con un índice de aprobación del 84.3% entre los simpatizantes priistas, Galindo era considerado el principal activo del partido y una de las figuras más competitivas rumbo a las próximas elecciones.
Luis Alberto García, director de la encuestadora Rubrum, destacó que el liderazgo de Galindo supera ampliamente a la estructura del PRI en el estado. Mientras solo el 11.4% de los potosinos se identifican como simpatizantes del partido, un porcentaje considerable lo respalda como posible candidato a la gubernatura, evidenciando su capacidad de trascender las barreras partidistas y consolidarse como un referente político con amplio respaldo ciudadano.
La decisión de expulsar a Galindo ha sorprendido tanto a los analistas como a los votantes. Su salida no solo deja al PRI en una posición delicada, sino que abre la posibilidad de que otras fuerzas políticas intenten integrarlo en sus filas. García subrayó que el alcalde de San Luis Potosí es un líder ampliamente reconocido, lo que lo convierte en un activo estratégico para cualquier proyecto político.
Enrique Galindo mantiene una sólida base de apoyo entre la ciudadanía y se perfila como una figura clave para definir el rumbo político de San Luis Potosí. Mientras el PRI enfrenta una posible crisis interna, Galindo se fortalece como un líder capaz de aglutinar a diversos sectores de la sociedad y posicionarse como una pieza clave en la configuración del futuro político de la entidad.
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