La comunidad valora profundamente el intercambio de productos locales. Las flores de cempasúchil, por ejemplo, se venden a precios justos en lugar de ser regaladas, promoviendo así la economía local y el reconocimiento del trabajo agrícola. Además, las artesanías elaboradas a partir del sotol no son comunes en Suspiro Picacho, lo que distingue a la comunidad de otras zonas donde esta práctica es habitual.
La Sierra de San Miguelito, cercana a la comunidad, no juega un papel central en las festividades del Día de Muertos. Aunque es un elemento importante del entorno natural, los habitantes de Suspiro Picacho no han tenido que unirse para defenderla de proyectos inmobiliarios, permitiendo que las tradiciones se centren en otros aspectos culturales.
La transmisión de costumbres en Suspiro Picacho es un proceso más individual que comunitario. Los jóvenes, si bien respetan las tradiciones, no siempre buscan activamente aprender de sus mayores. Esto ha llevado a que algunas prácticas se adapten a los tiempos modernos, incorporando nuevas formas de celebración que conviven con las antiguas.
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