En Chilpancingo, Guerrero, la sierra vive momentos de agitación después de que los habitantes de la comunidad de Coacoyulillo se enfrentaron a las fuerzas armadas, impidiendo su paso, tras haber solicitado auxilio sin respuesta ante un ataque armado previo. Según relatos de los pobladores, un grupo armado ingresó a la localidad, disparó contra viviendas, incendió vehículos y causó destrozos en al menos cuatro casas. Además, se reportaron agresiones a seis hombres, incluido un anciano de 80 años, y la muerte de una vaca.
El incidente se agrava al revelar que los afectados, al percatarse del ataque, acudieron a una base militar en Ocotito para pedir auxilio, pero se les negó el apoyo. Ante la falta de respuesta, la comunidad se organizó para evitar el ingreso de un convoy militar a Coacoyulillo. Con palos y machetes, los pobladores impidieron el paso de las fuerzas armadas, expresando su indignación por la inacción militar durante el ataque previo.
La situación en Guerrero evidencia la creciente crisis de violencia en la región, donde la disputa entre grupos criminales ha generado un clima de inseguridad. Las autoridades enfrentan un desafío significativo para controlar la violencia y garantizar la seguridad de los ciudadanos. La comunidad, desesperada por la falta de respuesta, optó por actuar por cuenta propia, lo que refleja la desconfianza en las instituciones y la urgencia de abordar la situación de manera efectiva.
La Fiscalía General del Estado abrió una investigación por homicidio calificado, pero la comunidad exige acciones concretas para frenar la violencia y garantizar la seguridad en la zona. La situación en Guerrero se suma a una serie de episodios violentos en el estado, evidenciando la necesidad de estrategias integrales para abordar las causas subyacentes de la violencia y restaurar la paz en la región.
Seguiremos informando.
