¡Agarrar al toro por los cuernos! Nunca mejor fue implementada esta frase para los Forcados, hombres que brincan al ruedo para brindar un espectáculo por demás vertiginoso, ya que se enfrentan a cuerpo limpio al toro para intentar someterlo y llevarse las ovaciones en la Plaza de Toros.
Proveniente de Portugal, los Forcados establecen una tradición que data del siglo XIX, en ese tiempo, en el país lusitano, se estableció una ley que declaraba la prohibición de la muerte del animal en el ruedo, por lo que se empezaron a implementar otras actividades que solo consistían en sujetar al toro, darle algunos golpes y someterlo, siempre ayudados de una herramienta semejante a un bastón grande llamado forcado, del cual toma su nombre para dar paso a la leyenda del Forcado.
También llamados mozos, los Forcados conforman un grupo de ocho hombres que intentarán detener la embestida del toro, todo esto sin ningún tipo de protección, portando solo un atuendo que se destaca por la elegancia, el estilo, el llamativo y el colorido.
Los Forcados tienen su participación siempre detrás del rejoneador, dándole descanso a este para “amansar” al toro, dejándolo más cansado para que el jinete realice sus estocadas finales, a esta acción se le conoce como la “pega” del toro, es decir, que han hecho su función en la arena.
La tradición del Forcado poco a poco se ha ido acrecentado aquí en México ya que, a diferencia de Portugal, donde los Forcados sí son importantes en las corridas de toros, en nuestro país su participación puede no ser necesaria, sin embargo, la misma asociación de Forcados Potosinos asegura que cada vez más la gente los pide en diferentes estados del país, para no solo ser relleno de un cartel, sino ser parte del cartel.
Asimismo, la devoción religiosa es una práctica constante en ellos cuando están por brindar su participación en el ruedo. Entre oraciones, santiguarse, besar escapularios e imágenes y dedicar unas palabras al Creador mientras miran al cielo, los Forcados saben que ésta es una actividad donde se arriesga la vida, donde solo se confía en la divinidad para salir ilesos del ruedo y, de paso, salir entre aplausos y vituperios, ovacionados por los aficionados a la Fiesta Brava.
Los Forcados Potosinos, a través de su Cabo de grupo, el Dr. Ernesto Martínez González, buscan revitalizar esta tradición tanto en San Luis Potosí, como en el resto del país; siempre estarán agradecidos de que la gente valore y reconozca esta actividad que, aunque pasajera, la realizan con un orgullo que mantendrán dentro de sus familias generación tras generación, pero también dentro de la memoria histórica de una ciudad aficionada a las corridas de toros.