Cada 6 de enero, la ciudad de Matehuala se viste de fiesta para conmemorar al Santo Cristo, una celebración arraigada en la tradición y la devoción de lugareños y visitantes que acuden para rendir homenaje a esta sagrada figura.
Según la leyenda transmitida por generaciones, la elección de esta fecha se atribuye a la aparición milagrosa del Santo Cristo en la antigua iglesia de la localidad. Se cuenta que en los días en los que la actual catedral era solo una modesta iglesia, la figura del Santo Cristo se manifestó de manera peculiar.
No fue en el altar ni en la puerta principal, sino en una pared cercana. La figura se presentó como una silueta, y la gente, al contemplarla, comenzó a atribuirle forma. En respuesta a la devoción, los fieles empezaron a colocar veladoras y flores en el lugar. Se relata que, con cada vela encendida, la figura creció en tamaño hasta alcanzar las dimensiones actuales.
Algunos creen que este fenómeno pudo deberse al efecto del tizne, pero la historia perdura como testimonio de la conexión entre la fe y los misterios que envuelven al Santo Cristo de Matehuala.
La festividad atrae a numerosos visitantes no solo de distintas partes del estado, sino también de otras regiones de México y, en muchos casos, incluso de los Estados Unidos, donde residentes originarios de Matehuala regresan para participar en esta tradicional celebración.
La devoción al Santo Cristo de Matehuala se manifiesta a través de procesiones, misas, y diversas expresiones de fe. La ciudad se llena de color, música y alegría, creando un ambiente festivo que resalta la importancia de esta celebración para la comunidad.
La historia de la aparición milagrosa del Santo Cristo, junto con la devoción y participación de la gente, continúa siendo una parte fundamental de la identidad y la herencia cultural de Matehuala.
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